El físico británico Stephen Hawking opina que el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, debería «dimitir» al considerar que el político izquierdista es un «desastre» para esa formación, en declaraciones divulgadas hoy por «The Times».
Simpatizante laborista, Hawking indicó, en una rara entrevista concedida a ese diario británico, que pese a que votaría por Corbyn y a que comulga con muchas de sus políticas, el político debería dejar el liderazgo «por el bien del partido».
«Considero a Corbyn un desastre (para el Laborismo)», afirmó el académico de la prestigiosa Universidad británica de Cambridge y uno de los científicos más famosos del mundo.
Entre sus argumentos, Hawking señaló que aunque Corbyn tiene «el corazón en el lugar adecuado y muchas de sus políticas son sólidas». también «ha permitido que se le retrate como un extremista de la izquierda».
«Creo que debería dimitir por el bien del partido», dijo Hawking.
El pasado 8 de enero, Hawking cumplió 75 años en plena en la cúspide de la fama, con un historial que incluye influyentes teorías, incontables galardones y varios libros.
Natural de Oxford, Hawking ha sobrevivido a una destructiva enfermedad cuyos afectados suelen tener una expectativa de vida de entre dos y cinco años.
En 1963, a los 21 años, se le diagnosticó con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una dolencia degenerativa que le ha postrado en una silla de ruedas y le obliga a comunicarse mediante una computadora que maneja con los músculos faciales.
Doctor por la universidad de Cambridge, donde entre 1979 y 2009 ocupó la misma cátedra de matemáticas que fue de Isaac Newton, es conocido por sus teorías rompedoras, en particular la de la «radiación Hawking», relativa a los agujeros negros.
Aunque no ha podido demostrarlo empíricamente, el mundo de la ciencia está convencido de que los agujeros negros emiten esa radiación, que lentamente causa su evaporación.
Su teoría sobre la formación del universo, y el consiguiente inicio del tiempo, con el Big Bang hace 15.000 millones de años a partir de un evento «singular» que rompió las leyes de la física, le ha valido multitud de seguidores, pero no así el premio Nobel, que le elude por la falta de pruebas concluyentes.