Las escenas de pánico se sucedieron en el aeropuerto parisiense de Orly después de que un hombre fuera abatido tras atacar a una patrulla militar del dispositivo antiterrorista, mientras en los aviones los pasajeros bloqueados se mordían las uñas por la falta de información.
En la terminal Sur, donde se produjeron los hechos, la situación fue más tensa que en los vuelos que recién habían llegado y que retuvieron a sus pasajeros en los aviones por seguridad.
Los testigos describen escenas de pánico, carreras por los pasillos, pasajeros refugiados en los baños o en los comercios, dejando atrás sus equipajes y enseres personales.
La vendedora de una de las tiendas relató a la televisión «BFMTV» que habló con el agresor antes de que fuera abatido.
Describió que tenía un arma y que trató de atacar a la patrulla de militares. Encañonaba con su pistola a la cabeza de la militar a la que atacó, mientras sus dos compañeros de la patrulla del Ejército del Aire lo apuntaban a él.
Unas 3.000 personas fueron desalojadas en pocos minutos, muchas de ellas conducidas tras el perímetro de seguridad levantado en torno al aeropuerto, otras directamente en las pistas, donde fue levantado un centro de atención provisional.