Derek Jeter sostuvo el micrófono y se dirigió sin notas ante el público que abarrotó Yankee Stadium. Su número 2, el último de un solo dígito en la franela a rayas, fue retirado y se dedicó una placa en su honor que será colocada en Monument Park junto a los tributos de Ruth, Gehrig, DiMaggio, Mantle, Berra y el resto de las leyendas de la novena.
“Digo esto muy humildemente”, comentó a los aficionados, “no hay una sola persona o jugador con el que cambiaría el lugar, que esté activo o en la historia”.
Tres años después de retirarse de una trayectoria en Grandes Ligas que abarcó de 1995 a 2014, Jeter eligió personalmente el Día de las Madres para su tributo. Su abuela, sus padres, su hermana, su sobrino y su esposa embarazada lo acompañaron en la ceremonia y se rieron cuando él vio su placa, en la que se lee:
“Derek Sanderson Jeter/’El Capitán’/“Mr. Noviembre” y prosigue llamándolo: “La pieza clave del equipo que logró cinco campeonatos” y “El líder en el campo y la caseta, que puso el ejemplo para sus compañeros con su desprendido deseo del éxito del equipo”.
Jeter dijo que pensó en las placas de sus compañeros de equipo, los puertorriqueños Bernie Williams y Jorge Posada, y del lanzador Andy Pettitte.
“Cuando Bernie recibió la suya, tenía un gran lunar. Cuando Jorge obtuvo la suya, tenía las orejas grandes. La de Andy tenía una enorme nariz. Así que estoy contento con la mía”, dijo Jeter.
Con información de AP
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