En un artículo de opinión publicado por MetroLibre, Juan Tam, secretario del Consejo Nacional de la Etnia China, reflexionó sobre la xenofobia que ha desatado la propagación del coronavirus que se originó en la provincia de Wuhan, en China. A continuación, publicamos el texto completo para la reflexión.
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«Los coronavirus son un grupo extenso de virus comunes que forman parte de la familia Coronaviridae, que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades respiratorias más graves, como bronquitis, neumonía, MERS-CoV, SRAS-CoV, entre otros.
Hasta la fecha hay treinta y nueve especies, y la más reciente es el coronavirus de Wuhan (2019-nCoV).
El virus no tiene nacionalidad, y el simple rechazo a lo que provenga de China es un error. Si comparamos lo sucedido durante la conquista española de América, los europeos no serían culpables de traer las enfermedades que casi aniquilan a la población.
Todos éramos humanos, hasta que la raza nos desconectó, la religión nos separó, la política nos dividió, y el dinero nos clasifico, con ello, se resume el desprecio y la intolerancia que se vive hacia China, y se explota las redes sociales, con afirmaciones alarmistas e infundadas.
El ser humano busca mejorar su calidad de vida, pero el descrédito y la falta de solidaridad en una urgencia sanitaria, de mentes cerradas y ralas que alarman con expresiones agresivas, exacerbadas de sentimiento proteccionista, para obtener un beneficio insospechado, que resulta en una velada discriminación y atenta contra la convivencia pacífica.
Esta fobia o comportamiento pone en desventaja y obliga a la exclusión de un grupo étnico en particular. Estigmatizar no es el camino para consolidar la democracia y el bienestar de la nación panameña, más bien conlleva a su exclusión, como sucedió al recurrirse, en el pasado, al nacionalismo para beneficio de pocos.
En Panamá al igual que en otros lugares se consumen especies exóticas, que para unos es delicia para otros es inmundicia. Criticar prácticas alimenticias no es solución, sin siquiera entender la idiosincrasia de China, que sufre los embates de una enfermedad que ha separado familias, pero no la fuerza de su pueblo por superar la crisis sanitaria.
Fuera de China es una enfermedad importada, pero sin entenderla. Convivencia y tolerancia que no importan cuando el oscurantismo busca romper el orden de la armonía, creando conflictos innecesarios de una cultura milenaria.
Solo hay que recordar que son los herederos de la sabiduría de descubridores, inventores, matemáticos, arquitectos, ingenieros y agricultores. De los constructores de la Gran Muralla y el Gran Canal utilizando simples ábacos. De los inventores del horno para fundir el hierro y forjarlo hasta lograr el acero.
De usar el papel como vestimenta y armadura antes que para escribir. De desarrollar métodos de agricultura, como la siembra de semillas en línea y el uso de instrumentos para plantarlos.
De ingeniar, la irrigación con el uso de una bomba de agua con cadenas. De tecnologías utilizadas 3,500 años antes de su introducción en Europa».
Fuente: Metro Libre
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