Trump buscará arrancar votos en mapa electoral que favorece a Clinton
El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, durante un acto de campaña en Selma, Carolina del Norte. (EFE)

Trump buscará arrancar votos en mapa electoral que favorece a Clinton

El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, hizo campaña en Nuevo Hampshire y Pensilvania con la esperanza de arrancar los votos electorales necesarios para darle la vuelta el 8 de noviembre a un mapa en el que la demócrata Hillary Clinton está perdiendo terreno.

Trump celebró un mitin en Atkinson, en el estado de Nuevo Hampshire, y posteriormente se trasladó a Hershey (Pensilvania), otro de los estados donde el republicano se debe imponer para llegar a la Casa Blanca.

La mayoría de proyecciones políticas, basadas en encuestas estado por estado, han reducido las posibilidades de que Clinton se haga con comodidad con el mínimo de 270 votos electorales que un candidato a presidente necesita para proclamarse ganador.

El magnate reconvertido en político está ganando terreno en las últimas encuestas de los estados que podrían acabar adjudicando la Casa Blanca, especialmente en Carolina del Norte, Nuevo Hampshire u Ohio, donde la media de encuesta que realiza RealClearPolitics da nuevas ventajas a Trump.

Trump también está recortando la ventaja de Clinton en Pensilvania, un estado por el que ambos candidatos pasaron a hacer campaña, conscientes de que los 20 votos electorales que concede serán vitales para alcanzar los 270 necesarios para proclamarse presidente.

La exsecretaria de Estado, por su parte, cuenta con un ejército de voluntarios, artistas y políticos de alto perfil para movilizar a los votantes y grupos que le podrían dar la ventaja necesaria para obtener victorias, además de en los estados tradicionalmente demócratas en alguno de los llamados estados bisagra.

Trump se centró en explotar los puntos débiles de su rival y criticó el «mal juicio» de Clinton por el manejo de sus correos electrónicos cuando era secretaria de Estado -una polémica que ha resucitado por las nuevas indagaciones del FBI- así como su apoyo a acuerdos comerciales que, según el republicano, han perjudicado al país.

El magnate neoyorquino aseguró que aquellos que dicen que tiene muy complicado obtener los 270 votos electorales se equivocan, y lo primero que hará desde el Despacho Oval será pedir la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el fin de la reforma sanitaria del presidente Barack Obama.

Asimismo, reiteró que acabará con el programa de acogida de refugiados sirios y suspenderá todos los pagos a los acuerdos medioambientales con Naciones Unidas, para «invertir en infraestructuras medioambientales» en Estados Unidos.

Mientras tanto, Clinton se mantuvo en el guion y presentó su experiencia y un discurso de inclusión para asegurar que con ella en la Casa Blanca habrá más igualdad de oportunidades y prosperidad económica para todos.

El presidente de EE.UU., Barack Obama, se encargó de atacar el currículum de Trump en un mitin en Carolina del Norte, donde los datos de participación en el voto por adelantado muestran que los afroamericanos (apoyos demócratas seguros) no se están movilizando a niveles más altos que en 2012.

Obama dijo que Trump «viola» los valores estadounidense que todos los padres enseñan a sus hijos, e intentó animar a aquellos que sin él en la papeleta no tienen los mismos incentivos para salir a votar por Clinton.

«Mi nombre puede no estar en la papeleta, pero todo por lo que yo he trabajado está en la papeleta: justicia, igualdad, empleos, democracia. No elijas miedo; elige esperanza», aseguró Obama, que volvió a arrastrar multitudes en el empuje final antes de las elecciones.

Trump se enfocará en estos últimos cuatro días en visitar los estados clave de Ohio, Pensilvania, Florida, Carolina del Norte o Wisconsin, para conseguir una victoria que le obligaría a arrebatar por sorpresa alguna plaza en la que Clinton tiene ventaja en los sondeos, como Pensilvania, Wisconsin o Michigan, además de imponerse en todas las plazas más competitivas.

Con la intención de evitar ese revés, la ex primera dama hizo campaña en Pittsburg (Pensilvania) y Detroit (Michigan) y volvió a destacar su experiencia y sus políticas sociales como sus puntos fuertes, al tiempo que recordó que esta elección será histórica y que no se pueden confiar los códigos nucleares a Trump.

La aspirante demócrata intentó combatir su perfil poco cálido con un nuevo giro, asegurando que ella no da tantos titulares porque escucha: «lo siento por la prensa que me cubre y se aburre. Tienen que explicar por centésima vez que estoy escuchando a la gente».

La campaña de Clinton tiene previsto echar toda la carne en el asador en estados clave con la ayuda de pesos pesados como el matrimonio Obama; el vicepresidente, Joe Biden (que hizo campaña en Wisconsin y este sábado estará en Pensilvania); y el senador progresista y rival de primarias demócratas, Bernie Sanders.


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