El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, subrayó que el terrorismo no logrará «dividir» al país y reafirmó «al millón de musulmanes canadienses» que viven en él que «esta es su casa», tras el ataque terrorista contra una mezquita en Québec que dejó anoche seis muertos y varios heridos.
«Al millón de musulmanes canadienses: Esta es su casa», afirmó Trudeau una intervención este mediodía en la Cámara de los Comunes en Ottawa.
El primer ministro canadiense recalcó que las víctimas del ataque terrorista «son nuestros hermanos, tíos, amigos y miembros de nuestras comunidades».
«Los responsables de este tipo de ataques quieren alterar nuestros valores, dividirnos, crear odio. En cambio, nosotros abriremos nuestros corazones», dijo Trudeau ante los legisladores de Canadá, que cuenta con 36 millones de habitantes.
Por su parte, las autoridades señalaron hoy que continúan la investigación por el ataque armado perpetrado este domingo contra una mezquita de Québec, que dejó seis muertos y ocho heridos, y que desde un principio consideraron como terrorista.
Dos individuos fueron detenidos, uno de los cuales se entregó el mismo domingo a las autoridades tras una llamada al teléfono de emergencias de la Policía.
Las autoridades habían adelantado en un principio que esas personas iban a comparecer hoy ante un juez de Québec, aunque la Policía quebequesa precisó después que sólo uno de los arrestados está considerado sospechoso en el caso, y el otro es un testigo.
La televisión canadiense ha identificado a los individuos del ataque contra la mezquita existente en el Centro Cultural Islámico de la ciudad de Québec, en concreto en la zona asignada para los hombres, como Mohamed Khadir y Alexandre Bissonnette, si bien se desconoce quién es el sospechoso y quién el testigo.
Fuentes próximas a la investigación aseguraron a Radio Canadá que que se trata de dos estudiantes, uno de ellos marroquí, de la Universidad Laval, un centro de estudios cercano a la mezquita donde se produjo el ataque y en el que estudian muchos jóvenes procedentes del norte de África y de otros países árabes.
La Policía no ha confirmado ni la identidad de los atacantes ni sus posible nacionalidades, razas o religiones, y se desconoce por qué las autoridades han calificado de «terrorista» el ataque sin haber dado más explicaciones sobre los autores o posibles móviles.
Según medios de prensa, el ataque se llevó a cabo con fusiles de asalto AK-49, extremo que tampoco ha sido confirmado oficialmente.
El superintendente de la Policía Montada de Canadá, Martin Plante, justificó este silencio informativo sobre la identidad, motivos u origen de los dos sospechosos en que «hay procesos legales» en marcha que impiden «hacer comentarios».
El portavoz policial también insistió en que aún no se conocen los motivos del ataque, aunque tanto el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, como el primer ministro de Québec, Philippe Couillard, lo calificaron de acto «terrorista» contra la minoría musulmana de la ciudad poco después de producirse.
El único dato que la Policía Montada de Canadá y la Policía de Québec confirmaron hoy durante una rueda de prensa es que los dos detenidos son jóvenes de entre 20 y 30 años que no estaban bajo el radar de las autoridades por su posible vinculación con el extremismo.
Existe el temor de que la cifra de muertos por el ataque pueda aumentar, después de que las autoridades hospitalarias informaran hoy que cinco de los ocho heridos en el ataque se encuentran en estado crítico.
La mezquita del Centro Cultural Islámico de Québec había sido objeto anteriormente de amenazas, actos de vandalismo y ataques, y en junio unos desconocidos dejaron en su puerta principal una cabeza de cerdo envuelta en celofán junto a una nota que decía: «Bonne appetit», en alusión a la prohibición en el islam de consumir cerdo.
El ataque se inició poco antes de las 20.00 hora local del domingo, cuando varias decenas de personas se encontraban reunidas en la mezquita.
Tras recibir las primeras informaciones sobre el tiroteo, la Policía desplazó varios vehículos de patrulla a la mezquita y poco después el Gobierno de Québec desplegó fuerzas policiales «contra el terrorismo» y se redobló la vigilancia en otras ciudades.
Trudeau emitió el domingo un comunicado para condenar el «ataque terrorista contra musulmanes en un centro de culto y refugio».
«Es desgarrador presenciar tal violencia sin sentido. Diversidad es nuestra fortaleza y tolerancia religiosa es un que valor que los canadienses amamos», añadió Trudeau, que prometió todos los esfuerzos para capturar a los autores de todo acto de intolerancia.
El ataque contra la mezquita de Québec provocó reacciones de rechazo en todo el mundo, y el presidente de EE.UU., Donald Trump, llamó hoy a Trudeau para expresarle sus condolencias y ofrecerle la ayuda que pueda necesitar de su país respecto a este asunto, informó la Oficina del Primer Ministro.
Anteriormente, uno de los hijos del presidente, Donald Trump Junior, había calificado en un mensaje de Twitter al primer ministro canadiense de «líder fallido».
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