El presidente del gigante tecnológico nipón Toshiba, Shigenori Shiga, presentó este martes su dimisión debido a las pérdidas multimillonarias que la empresa prevé por la devaluación de su rama de energía nuclear en Estados Unidos.
Esta decisión de Shiga se esperaba para el mismo día en que la empresa tenía previsto presentar sus resultados correspondientes a los primeros nueve meses del ejercicio fiscal nipón 2016, y cuya publicación se ha pospuesto por problemas en la auditoría de sus cuentas
Shiga asume así «la responsabilidad por la gestión» por el deterioro de los activos de su empresa de energía nuclear con base en EE.UU., Westinghouse Electric, derivada de su adquisición a finales de 2015 de la constructora CB&I Stone & Webster, informó Toshiba en un comunicado.
El presidente abandonará su cargo el miércoles, aunque continuará como director ejecutivo hasta la junta general de accionistas de la empresa prevista para el próximo mes de junio, y hasta entonces se concentrará en «resolver los problemas relacionados con Westinghouse Electric», precisó la empresa.
Asimismo, Toshiba ha solicitado a la autoridad financiera nacional retrasar hasta el 14 de marzo sus resultados de los primeros nueve meses del ejercicio fiscal nipón 2016, debido a problemas en el proceso de auditoría a la que la empresa remitió sus cuentas.
Para el período en cuestión, entre abril y diciembre de 2016, la empresa prevé incurrir en un déficit neto de 4.300 millones de dólares, lo que incluye unas pérdidas de 6.200 millones de dólares derivadas de la devaluación de su rama nuclear, anunció la empresa.
En base a esta estimación de resultados aún sin auditar, Toshiba prevé registrar unas pérdidas netas de 3.395 millones de dólares para todo el ejercicio fiscal 2016, más del doble de los 1.275 millones de dólares que calculó anteriormente.
La devaluación de su rama de energía nuclear se debe al incremento de los costes laborales y de construcción de proyectos para construir nuevas centrales atómicas en Estados Unidos.
La empresa nipona mantiene un contencioso con Chicago Bridge & Iron, anterior propietaria de la empresa adquirida por Toshiba y origen de sus problemas financieros, a cuenta de sus tasaciones de los activos y negocios de la constructora de plantas atómicas.
Toshiba ya se vio obligada a retrasar la presentación de sus resultados en varias ocasiones en 2015 tras destapar un grave escándalo de manipulación contable, por el que la empresa sobrestimó entre 2007 y 2014 sus ingresos por ventas en 1.782 millones de dólares.
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