El Gobierno de Corea del Sur formalizó este martes la compra de los terrenos que albergarán el escudo antimisiles estadounidense THAAD, lo que acelerará la instalación de este sistema destinado a proteger al país ante un hipotético ataque del Norte.
Seúl da así un paso más hacia el despliegue de las baterías del paraguas antimisiles, un proyecto que ha generado insistentes críticas de China y de Rusia y cuyo emplazamiento original tuvo que ser modificado por las quejas de los residentes.
«Continuamos avanzando en el despliegue del THAAD sin retrasos para mejorar la protección de nuestra nación y de nuestros ciudadanos frente a las crecientes amenazas de Corea del Norte», expresó el Ministerio de Defensa en un comunicado, el cual añadió que el sistema se instalará «a lo largo de este año».
El Ejecutivo surcoreano suscribió el acuerdo con el conglomerado empresarial Lotte, que le cederá los terrenos del Lotte Skyhill Country Club, a 18 kilómetros al norte de la ciudad de Seongju y unos 300 kilómetros al sureste de la capital, a cambio de una parcela propiedad estatal cerca de Seúl, informó el Ministerio.
El THAAD, cuyo despliegue se espera entre junio y julio, se emplazará en este lugar relativamente aislado de núcleos residenciales que alberga un campo de golf y cuyo valor estimado es de entre 80 y 120 millones de euros.
El proyecto original contemplaba su instalación en la cercana base de Seongju, pero los residentes del condado expresaron fuertes protestas al creer que los radares del sistema podrían causar enfermedades y dañar los cultivos, además de situarles en el punto de mira en caso de ataque de Corea del Norte.
Tras meses de negociaciones el Gobierno decidió a finales de septiembre cambiar la ubicación al Lotte Skyhill Country Club, que está a mayor altura -680 metros sobre el nivel del mar, unos 300 más que la base antiaérea de Seongju- y más aislado de las áreas residenciales.
Pero esta nueva ubicación también ha causado inquietud entre los residentes de la zona, de los cuales varias decenas se manifestaron frente a la sede del Ministerio de Defensa con lemas como «Thaad out» («Fuera el Thaad»).
El proyecto ha estado rodeado de polémica desde el principio, ya que Pyongyang lo considera una amenaza a su seguridad, mientras que China y Rusia han manifestado su oposición al creer que los potentes radares del THAAD pueden servir para obtener datos de inteligencia de sus bases militares más cercanas.
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