Miles de personas reclamaron este sábado en Seúl la dimisión de la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, por un escándalo de corrupción y tráfico de influencias que también ha llevado a la fiscalía a confiscar documentos de su oficina gubernamental.
La manifestación ha congregado a unas 100.000 personas en la céntrica plaza de Gwanghwamun de la capital, según los convocantes, una plataforma de sindicatos y organizaciones estudiantiles y ciudadanas, mientras que la policía sitúa la participación por el momento en unas 4.000 personas.
La concentración marca el punto álgido de descontento ciudadano desde que en las últimas semanas comenzaran a aflorar detalles del escándalo de la llamada «presidenta en la sombra», una amiga íntima de Park que no ostenta ningún cargo público y que habría utilizado esta conexión para lucrarse e influir en decisiones gubernamentales.
Choi Soon-sil, conocida de la presidenta desde hace cuatro décadas, habría tenido acceso a documentos oficiales, revisado discursos presidenciales y empleado sus contactos de alto nivel para recibir fondos destinados a organismos vinculados al Estado, según desvelaron los medios surcoreanos.
Los manifestantes corearon lemas en contra de la líder conservadora, y exhibieron pancartas y disfraces satíricos que mostraban a Park como marioneta de Choi, o a ésta ocupando el lugar de la presidenta en diversos actos públicos.
En un intento de aplacar la indignación popular, Park ordenó el cese de todo su equipo asistentes personales por su supuesta implicación en la filtración de documentos, aunque esta decisión no ha parecido calar entre la ciudadanía, que exige a la dirigente del gobernante Saenuri que asuma responsabilidades.
La fiscalía surcoreana anunció el pasado jueves la formación de un grupo especial para investigar el caso, y ha realizado redadas en las oficinas de colaboradores de Park en la Casa Azul, la residencia oficial en Seúl de la presidenta surcoreana, donde se ha incautado de documentos y ordenadores.
Se trata de la primera vez que la fiscalía estatal investiga y confisca documentos dentro de la Casa Azul en el marco de una investigación relacionada con un presidente en funciones, destacó el portavoz del órgano judicial.
El escándalo ha causado que la tasa de respaldo popular a la presidenta caiga hasta el 17,5 por ciento, su menor nivel desde que asumió el cargo en 2013.
El pasado martes, la presidenta pidió disculpas a los surcoreanos en un mensaje televisado y reconoció que Choi le había ayudado en «momentos difíciles», así como ofrecido «comentarios personales» sobre su campaña electoral antes de llegar al poder.
Choi Soon-sil es hija de Choi Tae-min, líder de una secta religiosa y mentor político de Park fallecido en 1994, y exmujer de Chung Yun-hoi, quien trabajó como asesor para la actual presidenta cuando ésta era diputada y hasta 2013.
Gracias a sus contactos, Choi habría obtenido unos 80.000 millones de wones (64 millones de euros/70 millones de dólares) para uso personal, provenientes de organizaciones públicas y privadas, y originalmente destinados a un promocionar la imagen de Corea del Sur en el exterior, según informó la televisión surcoreana JTBC.
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