París respondió al reto de los inmigrantes
Agentes de policía galos agrupan a varios inmigrantes durante el desalojo de un campamento en el distrito 19 de París, Francia. (EFE)

París respondió al reto de los inmigrantes

París abrió este jueves su muy anunciado centro de acogida para inmigrantes, con el que la alcaldesa, la socialista Anne Hidalgo, quiere afrontar el reto de los demandantes de asilo y acabar con los campamentos precarios que proliferan en la capital.

Situado en el norte de París, en el barrio popular de Puerta de La Chapelle, el centro no tiene vocación de convertirse en un campamento de refugiados, sino la de ser un lugar de acogida, el primer contacto con las autoridades administrativas y un faro hacia el que dirigir sus pasos.

Un total de 200 asalariados y voluntarios han sido seleccionados para trabajar en el centro, que dará acogida hasta a 400 hombres a la vez, precisó a Efe un portavoz del Ayuntamiento, que gestiona el lugar con el Gobierno francés y la asociación humanitaria Emmaus.

Está previsto que a finales de este año o comienzos del próximo se ponga en funcionamiento un centro similar pero para mujeres y niños, que actualmente son dirigidos automáticamente desde París a estructuras de refugio fuera de la ciudad.

Hidalgo quiere así dar una respuesta a todos los refugiados que llegan a París, un centenar al día, que hasta ahora acababan en alguno de los campamentos chabolistas repartidos por toda la ciudad, en tiendas de campaña y sin ninguna infraestructura.

«No nos parece una situación humanitaria adecuada, no lo podemos permitir. Por eso abrimos este centro», aseguró en declaraciones a la prensa la concejal de Solidaridad, Dominique Versini.

La estructura, de más de dos hectáreas, servirá para que los candidatos al asilo que lleguen a París den sus primeros trámites burocráticos en ella.

Posteriormente, serán trasladados a alguno de los 450 albergues que el Gobierno francés tiene abiertos por todo el país, los mismos a los que han sido enviados los inmigrantes evacuados del campamento de Calais, en el norte del país.

De hecho, el cierre de Calais ha provocado que cientos de inmigrantes que rechazaron los albergues que les proponía el Gobierno hayan recalado en la capital.

La infraestructura creada es totalmente modulable, puesto que el lugar solo puede ser utilizado durante 18 meses, tiempo tras el cual el solar albergará instalaciones universitarias, lo que obligará a trasladar el centro a otro lugar si para entonces la presión migratoria continúa.

Pero Versini señaló que esperan que la situación geopolítica varíe y que no sea necesario mantener el campamento.

Lo primero que encontrarán los refugiados que lleguen al centro será una enorme carpa de 1.000 metros cuadrados en la que recibirán ayuda médica y comenzará su orientación.

Los inmigrantes tendrán asesoramiento sobre su situación y, en caso de que tengan derecho al asilo, podrán ser acogidos en uno de los apartamentos creados dentro de una gran nave industrial que pertenecía a la empresa pública de ferrocarriles SNCF.

En su interior se han creado módulos temporales para que puedan estar diez días, el plazo máximo en el que el Gobierno se ha comprometido a hacerse cargo de ellos en uno de los centros creados en todo el país.

Las mujeres y las familias serán trasladados a otro centro que se está creando en el municipio vecino de Ivry, al sur de la capital, y que abrirá las puertas a principios del año próximo.

En cuanto a los menores no acompañados, serán entregados a la Cruz Roja, que los alberga de forma provisional en otro centro situado en el sur de París.

El coste de la infraestructura asciende a unos 16 millones de euros, financiados a partes iguales por el Estado y por el Ayuntamiento.

Versini señaló que los vecinos del barrio en el que se encuentra el centro han aceptado bien su instalación. «Es el barrio que más inmigrantes tiene, los habitantes consideran que es una buena cosa que estén centralizados en un lugar», señaló la concejal.

Muchos de ellos incluso se han interesado en ser voluntarios en el centro, tanto para ayudar en la acogida de los inmigrantes como en su inserción en Francia.

Desde el inicio de la crisis de refugiados e inmigrantes en París, en verano de 2015, han sido evacuadas un total de 21.000 personas que habían acampado en las calles o en los parques de la ciudad, principalmente en el noreste, de los cuales la mayoría son eritreos, somalíes, afganos, paquistaníes e iraquíes.

La última de esas grandes evacuaciones se produjo el pasado día 4 en el barrio de Stalingrad, donde dormían a la intemperie cerca de 4.000 personas.


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