Panamá se prepara para recibir a los primeros ejemplares de ballenas jorobadas de la temporada migratoria entre los meses de julio y octubre, cuando estos animales inician su viaje desde el Hemisferio Norte y Sur hasta Panamá con el fin de reproducirse.
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El golfo de Chiriquí, Herrera y Los Santos son algunas de las zonas donde se podrán observar a estos cetáceos, gracias a las diferentes corrientes marinas que se producen en estas zonas.
De acuerdo con los expertos, las ballenas eligen estas aguas debido a que son muy cálidas convirtiéndolas en el lugar ideal para que las madres y sus crías estén libres de los depredadores.
Los ballenatos que nacen con poca grasa durante unas cinco semanas engordan rápidamente al tomar más de 80 galones de leche al día. Además, destacan que las cálidas aguas ayudan a mantener su temperatura y las mareas bajas permiten a las madres enseñar a sus crías a nadar, sumergirse y respirar.
Según la Autoridad de Turismo de Panamá, entre los meses de julio y octubre más de 2,000 ballenas viajan desde el polo sur hacia el pacífico panameño.
Fuente: La Estrella de Panamá
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