Panamá apoya a la CIDH, «lidera con el ejemplo» y ha entregado un aporte de 300.000 dólares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para la realización de su 159° periodo de sesiones ordinarias en este país del 29 de noviembre al 7 de diciembre, dijo la vicecanciller panameña María Luisa Navarro.
La viceministra de Asuntos Multilaterales y de Cooperación, en una entrevista con Efe, indicó, no obstante, que esta no es la primera muestra que da Panamá de compromiso con el sistema interamericano de derechos humanos que este año atravesó por una «crisis financiera importante».
Destacó que hace unos meses Panamá realizó un primer aporte y definió la forma en que, como país, podría contribuir al sistema con una cuota anual recurrente de 50.000 dólares en los próximos años mientras el presupuesto del Estado se lo permita.
Panamá se encuentra además entre los países miembros que hicieron aportes sustanciosos para ayudar a que la CIDH superará la crisis financiera de 2016 y pueda realizar su periodo ordinario de sesiones del segundo semestre del año que, según ha dicho el organismo, había sido suspendido por falta de recursos.
En ese sentido, la alta funcionaria de la Cancillería panameña confirmó que su país contribuyó con un aporte extraordinario de 150.000 dólares para apoyar a que el organismo interamericano pudiera solventar su trance presupuestario de este año.
Fue en este contexto, detalló, que su país inició las primeros solicitudes formales para ver las posibilidades de ayudar a la CIDH a realizar este periodo de sesiones, «que en su momento estuvo en riesgo».
Se pensó, de acuerdo con Navarro, «que era oportuno no solo contribuir financieramente a la realización de estas sesiones (de la Comisión), sino sacarlas de Washington y hacerlas en Panamá», con el ofrecimiento del Gobierno panameño de «costear la mayor parte de los recursos que requiere su organización».
«En este momento lo que le hemos dicho a la CIDH es que le haremos una transferencia de fondos por 300.000 dólares para que sufrague los costos prioritarios de la sesión, asumiendo que no necesariamente todo se va a usar», afirmó.
La vicecanciller panameña señaló que la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión tienen mecanismos «muy estrictos» de control y todo lo que no sea utilizado de los fondos transferidos debe volver a los fondos nacionales.
Destacó que entre un 20 y un 45 % de estos recursos se utilizarán en el servicio de traducción, que es uno de los más importantes.
Navarro aclaró que ninguno de estos aportes de su país tiene nada que ver «ni guarda ningún tipo de relación» con lo expresado por Panamá de poner a disposición su posición geográfica y su capacidad para ser considerada como sede permanente de la CIDH cuando los países miembros «estén listos para tener ese debate».
En este momento, añadió «no hay una decisión clara de tomar una alternativa de la sede actual de la CIDH».
«Nosotros nos encargaremos de que los (7) comisionados vean Panamá, que disfruten y que vean lo mejor del país, como hacemos con todos los (delegados) oficiales que nos visitan, pero no guarda ningún tipo de relación con una propuesta de Panamá de ser sede de la CIDH a futuro», remarcó.
En cuanto a qué propuesta podría hacer Panamá como país miembro de la OEA para que la Comisión no vuelva a atravesar otra crisis presupuestaria en 2017, Navarro dijo que su país «lo que ha hecho, más que proponer, es tratar de liderar con el ejemplo».
Panamá, resaltó, «lo que busca, más que proponer en este momento alternativas, es liderar con el ejemplo y hacer un aporte siendo un país que realmente cree en el beneficio de tener un sistema interamericano fortalecido».
Aún así, afirmó que uno de los «grandes problemas» que tiene el presupuesto de la Comisión y del sistema interamericano de derechos humanos es que las contribuciones hasta ahora «son contribuciones voluntarias, y eso no está previsto a cambiar».
Lo que pudiera hacerse, explicó, «son compromisos a largo plazo de contribuciones que medianamente puedan ser predecibles, ya que lo que sucede ahora es que «un año un país da un aporte extraordinario por algunas razones específicas, y años después esa contribución desaparece».
La CIDH dio este viernes por superada la peor crisis financiera de su historia, pero pidió que se aumente su presupuesto anual para evitar una situación similar el próximo año.
«Podemos anunciar hoy que la grave crisis financiera que atravesamos en 2016 ha sido superada», afirmó el presidente, James Cavallaro, en un comunicado de la organización.
La CIDH anunció en mayo que suspendía todas sus visitas y audiencias previstas para este año y tendría que despedir al 40 % de su personal en julio si los países americanos no aportaban fondos de manera urgente para paliar la peor crisis financiera de su historia.
Cavallaro dijo que el anuncio de la crisis generó una movilización de recursos «con una rapidez que no es usual para los tiempos que necesita la cooperación internacional», y agradeció el dinero aportado por varios países, entre ellos Panamá.
Fabio Agrana
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