La oposición venezolana aseguró que obligará al jefe del Estado, Nicolás Maduro, a someterse a un referendo revocatorio este año pese a que el Poder Electoral venezolano proyectó para el primer trimestre de 2017 la posible realización del mismo.
Asimismo, dijo que no aceptarán la circunscripción por estados establecida por el Consejo Nacional Electoral (CNE) sino la del conjunto nacional que, a su juicio, es lo que recoge la Constitución venezolana.
«El referendo revocatorio se hará este año (…) si el régimen desconoce la Constitución es nuestro deber activarnos como pueblo y obligarlos en la calle y en las instituciones a acatarla», señaló el texto consensuado entre sus miembros difundido por la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Desde un acto en Caracas, el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, leyó el documento que, afirmó, es respaldado por todos los partidos políticos que conforman la coalición, y que fue revisado por organizaciones gremiales, sociales, estudiantiles y por opositores encarcelados como Manuel Rosales y Antonio Ledezma.
«Nuestro objetivo y foco estará en levantar el 26, 27 y 28 de octubre los millones de manifestaciones de voluntad que Venezuela necesita para superar ampliamente el requisito establecido para activar el referendo», indica el texto.
La MUD se refiere al último requisito previo a la convocatoria de la consulta, que consiste en la recolección de apoyos equivalentes al 20 por ciento de los inscritos en el censo -unos 4.000.000- cifra que deberán alcanzar durante los tres días citados.
«Llamamos al pueblo de Venezuela a acudir masivamente a la jornada (…) asumiendo que nuestra tarea no se limitará a cumplir un trámite administrativo sino que vamos a ejercer todos los mecanismos de presión democrática necesarios para hacerlas respetar (las manifestaciones de voluntad)», expresó Torrealba.
Con ello, los opositores confirmaron que continuarán con el referendo que impulsan para cesar a Maduro pese a las condiciones que estableció el CNE, claramente diferentes a las que habían exigido.
La MUD había solicitado para la última fase de requisitos del referendo que el CNE dispusiera de al menos 19.500 máquinas en 6.500 centros de votación y que la cantidad de apoyos requeridos pudiera contarse en conjunto.
Sin embargo, el CNE acordó distribuir 5.392 máquinas en 1.356 centros y que en cada estado del país caribeño se consiga un 20 por ciento de apoyo a la iniciativa opositora para dictaminar la procedencia del trámite.
«No esperábamos otra cosa del CNE (…) Activaremos el revocatorio cumpliendo lo que está en la Constitución: la recolección de firmas que representen al menos el 20 por ciento del padrón electoral a nivel nacional», insistieron los opositores que dicen rechazarán «cualquier condición» contraria a la Constitución.
En este sentido, el dos veces candidato presidencial y principal impulsor del referendo, Henrique Capriles, acusó a las cuatro rectoras del CNE de retrasar el proceso con el fin de que la consulta se concrete después del 10 de enero próximo, cuando, de ganarla la oposición, revocarían a Maduro pero no a su Gobierno que seguiría bajo el mando del vicepresidente hasta 2019.
«Que no vengan a decir que no hay tiempo para un revocatorio. Aquí los que no tenemos tiempo somos los venezolanos», sostuvo Capriles tras recordar que las presidenciales de 2013 en las que le venció Maduro, el CNE las organizó en 30 días luego del fallecimiento del entonces mandatario, Hugo Chávez.
El presidente del Parlamento venezolano, el opositor Henry Ramos Allup, tomó la palabra para hablar sobre las diferencias dentro de la MUD que, aseguró, no dividirán las acciones que tomarán hasta conquistar el poder.
Además, el presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela, Hasler Iglesias, manifestó a la MUD el apoyo «de todo el movimiento estudiantil» al que declaró en «rebelión electoral» puesto que, agregó, no aceptará el revocatorio en 2017.
Por todo lo anterior, el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) calificó como una amenaza la reacción de los opositores, una vez que el CNE ha fijado los términos del proceso.
El primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, predijo que la oposición venezolana llamará a un «paro nacional» a final de año con la idea de hacer renunciar a Maduro porque no lograrán alcanzar la cantidad de manifestaciones de voluntades necesarias para que se lleve a cabo el revocatorio.
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