El presidente de EE.UU., Barack Obama, celebró este jueves su última ceremonia tradicional con motivo de la fiesta de Acción de Gracias, en la que cada año libra a dos pavos de pasar por el horno, aunque bromeó con que cuando deje la Casa Blanca repetirá cada año el ritual para «avergonzar» a sus hijas.
Obama recurrió a sus habituales juegos de palabras relacionados con el pavo durante la ceremonia, que han celebrado todos los presidentes de EE.UU. durante el último cuarto de siglo y que tiene su origen histórico en la decisión de Abraham Lincoln de salvar a un pavo que iba a cenar su familia en 1863, a petición de su hijo Tad.
«Durante los últimos siete años, yo he establecido otra tradición: avergonzar a mis hijas con una plétora de ‘chistes de padre’ sobre pavos», dijo Obama durante la ceremonia.
Sus hijas, Malia y Sasha, habían asistido hasta ahora cada año a la ceremonia, de la que parecían disfrutar de niñas y aborrecer de adolescentes, pero este año «tenían otro compromiso, lo que significa en realidad que ya no soportaban» las bromas de Obama, explicó el mandatario.
En su lugar asistieron dos sobrinos de Obama, Austin y Aaron Robinson -de 6 y 4 años, respectivamente-, que se mostraron mucho más entusiasmados durante el acto y se atrevieron a acariciar a uno de los pavos, algo a lo que sus primas se resistieron los últimos años.
«Al contrario que Malia y Sasha, a ellos todavía no les ha vuelto cínicos lo de vivir en Washington. Ellos todavía creen en los chistes malos. Todavía tienen esperanza», afirmó Obama.
«Malia y Sasha están aliviadas de que este sea mi última ceremonia de perdón presidencial. Pero lo que no saben es que vamos a hacer esto cada año a partir de ahora. Sin cámaras, solo nosotros. De ninguna manera voy a dejar este hábito ‘cold turkey’ (expresión que significa ‘de golpe’ pero literalmente es ‘pavo frío’)», bromeó.
Los internautas pudieron votar en la cuenta oficial de Twitter de la Casa Blanca a cuál de los dos pavos, llamados «Tater» y «Tot» (por los «tater tots», una marca de bolitas de patata), preferían que fuese declarado el «Pavo Nacional de Acción de Gracias», un honor que finalmente recibió el segundo de ellos.
Aunque los presidentes tienen la posibilidad de elegir entre los dos pavos que la Federación Nacional del Pavo dona anualmente a la Casa Blanca e indultar solo a uno, Obama ha mantenido la costumbre de perdonar a los dos.
«Ahora, ‘Tater’ y ‘Tot’ irán a su nuevo hogar en (la universidad de) Virginia Tech, y podrán vivir el resto de sus vidas naturales en unas nuevas instalaciones llamadas Gobblers Rest, donde estudiantes y veterinarios cuidarán de ellos», explicó el mandatario.
La ceremonia ilustra el papel central que el pavo tiene en la festividad de Acción de Gracias, cuando casi el 88 % de los estadounidenses come esa carne, según la Federación Nacional del Pavo, que estima que en 2015 se consumieron 46 millones de esas aves durante esa fiesta en todo el país.
El presidente Abraham Lincoln (1861-1865) estableció la festividad de «Thanksgiving» (Acción de Gracias) para conmemorar la celebración con la que los colonos británicos que llegaron al país a bordo del «Mayflower» en 1620, quisieron dar gracias a Dios por su buena cosecha después de un duro invierno.
En 1789, cuando George Washington fue designado primer presidente de EE.UU., eligió el 26 de noviembre como día oficial de Acción de Gracias, pero en 1863 Abraham Lincoln estableció como fecha oficial definitiva el último jueves de noviembre.
Desde entonces, se ha convertido en la fiesta más popular del año que comparten todos los estadounidenses, sean de la religión que sean.
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