El número de personas encarceladas en las prisiones de Nueva York ha bajado a mínimos que no se habían visto desde 1946, poco después de la Segunda Guerra Mundial, como consecuencia de las medidas adoptadas por la ciudad ante la pandemia del coronavirus.
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«La población carcelaria está ahora por debajo de los 4.000 reos», dijo este jueves el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio. «Es el número más bajo de los últimos 74 años, desde 1946, un año después de que terminara la Segunda Guerra Mundial», especificó.
Y es que desde principios de marzo las autoridades de la Gran Manzana han puesto en libertad a más de 1.400 prisioneros que cumplieran con alguna de estas tres condiciones: que fueran considerados de alto riesgo en caso de que contrajeran el coronavirus, que tuvieran pocas probabilidades de volver a cometer delitos o que hubieran cumplido buena parte de su condena.
Esto permite que dentro de las cárceles también se pueda practicar el distanciamiento social que se ha querido poner en práctica en Nueva York para tratar de reducir el ritmo de contagios, explicó De Blasio, que desde que se comenzaron a liberar presos ha aclarado en varias ocasiones que no se ha liberado a nadie que cometiera delitos violentos o sexuales.
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De Blasio también ha puesto en marcha un plan para cerrar el complejo carcelario de Rikers Island, uno de los más grandes de EEUU y conocido por las malas condiciones en las que se mantiene a los presos, con el objetivo de enviar a los reclusos a centros más pequeños distribuidos por los distintos barrios de Nueva York.
Fuente: Unión Radio
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