Por cuarto fin de semana consecutivo, los surcoreanos volvieron a salir este sábado de manera masiva a la calles de todo el país para pedir la dimisión de su presidenta, Park Geun-hye, acosada por un gran escándalo de corrupción.
Un sábado más, el clamor popular se hizo evidente y los carteles rojos y letras blancas con el mensaje «Park Geun-hye dimisión» inundaron las nuevas protestas convocadas por los partidos de la oposición y más de mil organizaciones civiles.
Las movilizaciones coincidieron con el anuncio de la Fiscalía de que en las próximas horas presentará cargos contra Choi Soon-sil, la amiga íntima de la presidenta en el centro de la polémica por supuestamente haberse enriquecido gracias a su relación con la mandataria.
El principal foco de las marchas pacíficas se volvió a concentrar en Seúl, donde las imágenes aéreas mostraban la céntrica plaza del Ayuntamiento y la monumental avenida de Gwanghwamun repletas de gente de todas las edades y en medio de una enorme presencia policial.
Mientras la policía estimó en 155.000 los asistentes, los organizadores calcularon 500.000 personas, en comparación con el millón de manifestantes que se congregaron el pasado sábado en Seúl, en la que se considera la mayor protesta de la historia democrática del país.
En el centro de la capital, se oyeron discursos y las insistentes peticiones de dimisión de los asistentes durante horas, mientras que las velas iluminaron una multitudinaria vigilia anti presidencial una vez que anocheció.
Además, las concentraciones se llevaron a cabo también en otras ciudades como Busan, Daegu, Gwangju y Ulsan y pusieron de manifiesto que la indignación no cesa en el país un mes después de que saltara el conocido como «Choi Soon-sil Gate», en referencia la misteriosa amiga de la presidenta conservadora.
Choi Soon-sil, a pesar de no ostentar ningún cargo público, presuntamente modificó los discursos de Park, intervino de forma oculta en asuntos de Estado y captó fondos de forma ilícita utilizando su influencia para después quedarse con parte de ellos.
El hecho de que una desconocida haya podido tomar importantes decisiones gubernamentales, y obtener riqueza y privilegios de su exclusiva conexión ha llevado a prácticamente todo el país a dar la espalda a su presidenta que llegó al poder en 2013 y cuya popularidad ha caído en picado.
Park que afronta la peor crisis política de su mandato ha pedido perdón en varias comparecencias televisadas y ha intentado rebajar la indignación popular renunciando a sus poderes en el gabinete y ofreciendo a la oposición que elija a un nuevo primer ministro.
Tras finalizar la investigación preliminar, la Fiscalía anunció hoy que presentarán cargos en las próximas horas contra la conocida como «rasputina surcorena», que lleva detenida desde finales de octubre.
Además, el equipo de fiscales encargados del caso, revelaron que acusarán formalmente también este domingo a otros dos exasesores de la presidenta An Chong-bum y Jeong Ho-seong.
El anuncio podría revelar la verdadera implicación de Park en la trama y se espera que la presidenta tenga que declarar la próxima semana después de que sus abogados pidieran el pasado viernes un aplazamiento, según informaron los medios locales.
De manera simultánea también en el centro de Seúl, se celebró otra concentración de unas 4.000 personas en apoyo a la impopular Park, aunque la policía evitó en todo momento que las simpatizantes y detractores coincidieran, informa el diario The Korea Herald.
La marcha fue convocada por diversos grupos conservadores y de ultraderecha que reivindican la memoria de Park Chung-hee, el padre militar de la actual mandataria que gobernó el país durante 17 años tras dar un golpe de estado en 1961.
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