La mujer de François Fillon, el líder de la derecha francesa, dijo en mayo de 2007 que nunca había sido asistente de su marido, en contradicción con el empleo por el que recibió un sueldo con dinero público y que está siendo objeto de investigación judicial por las sospechas de que fuera ficticio.
En una entrevista al periódico británico «Sunday Telegraph» que este jueves emite el canal «France 2», Penelope Fillon afirmó pocos días después del nombramiento como primer ministro de su marido en mayo de 2007: «nunca he sido su asistente o algo parecido» y «tampoco me ocupé de su comunicación».
Unas palabras cuestionadas ahora por el escándalo que rodea al candidato de la derecha a las presidenciales de abril y mayo sobre los empleos supuestamente ficticios que ejerció Penelope Fillon durante años, y en particular como asistente parlamentaria de su marido.
En total, durante 15 años y hasta 2012 Penelope Fillon estuvo remunerada como asistente parlamentaria tanto de su esposo como del diputado al que cedió su circunscripción en 2002 cuando fue nombrado ministro de Asuntos Sociales del presidente Jacques Chirac, lo que le supuso 831.440 euros brutos, según «Le Canard Enchaîné».
Desde que estalló el escándalo el pasado 25 de enero, François Fillon ha asegurado que su mujer hizo un trabajo efectivo y ha afirmado haber entregado documentos a la justicia para probarlo.
Ambos fueron interrogados el pasado lunes por los policías a los que la Fiscalía Nacional Financiera ha encargado la investigación preliminar abierta ese mismo 25 de enero para aclarar si hubo malversación de fondos, abuso de bienes sociales y receptación.
Fillon ha denunciado que la polémica es «un golpe de Estado institucional» contra él procedente de la izquierda, que tiene intención de seguir en la carrera presidencial a menos que sea inculpado y ha pedido a sus apoyos que aguanten «15 días» con la esperanza de que la fiscalía archive el caso.
Su partido Los Republicanos oficialmente ha cerrado filas en torno al que fuera primer ministro durante la presidencia de Nicolas Sarkozy (2007-2012), pero algunas voces ya se han alzado para pedir la búsqueda de un candidato alternativo, ante la caída en la intención de voto de Fillon que no le garantiza siquiera estar en la segunda vuelta de las presidenciales.
Por su parte, el portavoz del Gobierno, el socialista Stéphane Le Foll, consideró «vergonzoso» e incluso «calumnioso» que les acusen de estar detrás de las revelaciones sobre los empleos presuntamente ficticios de Penelope Fillon, en una entrevista a la emisora «RTL».
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