La canciller alemana, Angela Merkel, ha invitado al presidente ruso, Vladímir Putin, al ucraniano, Petró Poroshenko, y al francés, François Hollande, a una cumbre mañana miércoles para abordar la situación en el este de Ucrania, cita que, al menos oficialmente, se quiere desligar de la situación en Siria.
Los líderes «han acordado celebrar una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en el denominado Formato de Normandía» -como se denomina al cuarteto formado por Alemania, Francia, Rusia y Ucrania-, indicó en un escueto comunicado el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert.
El objetivo de esta cita, convocada formalmente por iniciativa de la canciller, es «evaluar la implementación de los acuerdos de Minsk desde el último encuentro» en este formato al más alto nivel, celebrado el 2 de octubre del año pasado en París, y «discutir medidas adicionales».
La reunión estaba pendiente de confirmación por parte de Berlín, después de que ya la semana anterior se hubiera barajado su convocatoria desde Moscú.
Hasta ahora, el portavoz alemán se había limitado a subrayar que Merkel estaba «en principio dispuesta» a convocar «a su debido tiempo» a Putin a Berlín para abordar el conflicto ucraniano, pero que para ello debían darse una serie de circunstancias.
Ayer mismo, Seibert subrayó, en una comparecencia de rutina ante los medios, que, en caso de ser finalmente convocada, no debía esperarse tampoco que de la reunión surgieran «soluciones rápidas y para todo», dada la complejidad del conflicto ucraniano.
El portavoz de Merkel insistió también en separar la eventual reunión de los cuatro mandatarios de la situación actual en Siria e insistió en la importancia de mantener esas conversaciones para estabilizar la situación en el este de Ucrania.
Será la primera visita de Putin a Alemania desde el estallido de la crisis ucraniana y la anexión de Crimea por parte de Rusia, mientras que Merkel no ha estado en Moscú desde mayo de 2015.
La última vez que tuvo lugar una cumbre en el llamado formato Normandía fue hace un año en París, pero desde entonces ha habido varias rondas de contactos a escala de ministros de Exteriores de los cuatro países en Berlín.
El objetivo de todos estos contactos ha sido siempre tratar de lograr avances en la implementación de los acuerdos de Minsk, alcanzados en febrero de 2015, desde la implementación de un alto el fuego duradero, hasta la retirada de tropas y la preparación de elecciones locales en la región de Donbás.
Mientras Berlín insiste en centrarse en Ucrania, se mantienen los disensos dentro de la coalición de Merkel respecto a la posibilidad de impulsar sanciones de la UE contra Moscú por su papel en la guerra de Siria.
En medios alemanes se ha venido insistiendo estos días en que la canciller quiere proponer esta forma de presión en el Consejo Europeo que se celebra esta semana, mientras que su ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, se opone a ello.
La semana pasada, Putin canceló inesperadamente un encuentro con Hollande en París, precisamente porque el presidente francés había insistido en abordar ahí el conflicto sirio.
En un comunicado emitido este martes por el Ministerio alemán de Exteriores, Steinmeier calificó de «insuficiente» el alto el fuego anunciado por Moscú para el jueves por unas horas en la ciudad siria de Alepo, que «sólo puede ser un comienzo».
El ministro subrayó que «hacer más es posible» y «es también un imperativo humanitario», al tiempo que exigió que «los bombardeos sobre Alepo deben acabar».
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