Más de 400 artistas surcoreanos demandaron este jueves a la presidenta Park Geun-hye y a otros miembros del Gobierno por la lista negra de figuras del mundo de la cultura críticas con el Ejecutivo supuestamente creada en el marco de la trama de corrupción de la «Rasputina».
Un total de 461 artistas presentaron el requerimiento ante un tribunal del distrito central de Seúl en el que exigen que el Gobierno, Park, su exconsejero Kim Ki-choon y el exministro de Cultura, Choo Yoon-sun, compensen con 970 dólares a cada demandante por los perjuicios causados.
Aunque el mencionado directorio aún no se ha revelado públicamente, medios y artistas surcoreanos han hablado desde hace meses de la creación de esta lista para que las casi 9.500 personas del mundo de las artes consideradas críticas con la administración incluidas en la misma no recibieran subvenciones públicas.
Entre los nombres incluidos en la lista estarían actores y directores de cine de prestigio internacional como Song Kang-ho, Park Chan-wook, Kim Ki-duk, Lee Chang-dong, Lee Woo-jin o Ryoo Seung-wan, o escritores de la talla de Han Kang, ganadora del Premio Man Booker 2016 por su novela «La vegetariana».
«La lista negra ha vulnerado los derechos personales de los artistas, así como su libertad de expresión y su derecho a proteger su privacidad», dijo en un comunicado recogido por la agencia Yonhap la asociación Abogados por una Sociedad Democrática, que representa a los demandantes.
Kim y Cho ya fueron acusados formalmente el martes junto a otros siete exfuncionarios de abuso de autoridad y coacción por crear y administrar supuestamente esta lista negra, mientras que la presidenta Park se ha amparado en su inmunidad para no declarar hasta el momento ante la fiscalía.
Esta lista vendría a ser un instrumento más dentro de la red de coacción y extorsiones supuestamente orquestada por Choi Soon-sil, figura central del escándalo de corrupción que ha sacudido el país y apodada como la «Rasputina» por su cercanía con la presidenta Park.
Choi, de 60 años, está acusada, entre otros cargos, de aprovechar su amistad con Park para intervenir en asuntos de Estado pese a no ostentar cargo público y de articular una trama para extorsionar a empresas y lograr que donaran a varias fundaciones grandes sumas que luego ella intentó apropiarse.
El escándalo ha generado enormes protestas populares y la destitución por parte del Parlamento de Park, que está a la espera de que el Tribunal Constitucional ratifique o no la decisión.
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