Más de 300 personas fueron detenidas en la noche del paso a 2017 en Francia, explicó hoy el ministro del Interior, Bruno Le Roux, que se felicitó de que «no ha habido que gestionar grandes problemas».
Las festividades, bajo estrictas medidas de seguridad por la amenaza terrorista, se desarrollaron globalmente «bien», afirmó en una breve comparecencia ante la prensa Le Roux.
El ministro lamentó, no obstante, que «una vez más» se hubieran registrado «un número demasiado grande de agresiones, de insultos o de lanzamientos de objetos diversos contra las fuerzas de seguridad», con el resultado, en particular, de un bombero y dos antidisturbios con heridas.
El número de coches incendiados -que no comunicó de forma precisa- fue similar al de otras nocheviejas y hubo «un poco más de 300» personas detenidas, de las cuales entre 235 y 240 seguían bajo arresto hoy a mediodía.
El ministro agradeció el trabajo de las fuerzas de seguridad y de los 40.000 bomberos que estuvieron alerta por la noche.
En toda Francia, se habían movilizado a más de 96.000 efectivos de seguridad, entre policías, gendarmes y militares para la vigilancia de la Nochevieja, ante un riesgo de atentados que, según reconoció anoche el presidente, François Hollande, no ha disminuido.
En el área metropolitana de París estuvieron concentrados 10.300 de ellos, de los cuales 1.700 para vigilar el área de la avenida de los Campos Elíseos, donde se había estimado que podían acudir entre 500.000 y 600.000 personas para disfrutar de la fiesta.
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