El primer ministro de Malasia, Najib Razak, exigió este martes la inmediata liberación de todos los ciudadanos malasios retenidos en Corea del Norte después de que Pyongyang prohibiera a estos abandonar el país.
«Condenamos de la forma más contundente la decisión de Corea del Norte de impedir a ciudadanos malasios abandonar» territorio norcoreano, dijo Najib en un comunicado que lleva por título «el primer ministro llama a la inmediata liberación de todos los malasios».
En el texto se califica la medida norcoreana de «aberrante».
El mandatario malasio ha convocado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional, y ha dado instrucciones a la Policía para que se impida la salida de «todos los norcoreanos» en Malasia hasta asegurar la seguridad de todos los malasios en Corea del Norte.
Según el escrito, se amplía la medida también al personal civil horas más tarde de que el viceprimer ministro, Ahmad Zahid Hamidi, anunciara la prohibición de salida solo a diplomáticos y trabajadores de la embajada de Corea del Norte en Kuala Lumpur.
La legación diplomática en la capital malasia fue acordonada la víspera por las autoridades locales, que mantienen a varios efectivos apostados en la entrada.
«Malasia está comprometida a mantener una relación amistosa con todos los países. Sin embargo, proteger a nuestros ciudadanos es nuestra primera prioridad y no dudaremos en tomar las medidas necesarias cuando se vean amenazados», reza el comunicado, donde se hace un llamado a evitar una mayor escalada de tensiones.
La reacción de Najib se produce después de que Corea del Norte anunciara que prohíbe abandonar su suelo a todos los malasios hasta que el caso del asesinato en Kuala Lumpur del hermano del líder norcoreano tenga «una resolución adecuada».
El Gobierno de Malasia (que tenía un acuerdo recíproco de exención de visados con Corea del Norte) ha confirmado que once de sus ciudadanos se encuentran actualmente en el hermético estado estalinista, de los cuales tres son personal de la embajada, seis familiares y dos trabajadores de la ONU.
El anuncio de Corea del Norte y la replica de Malasia llegan después de que la policía malasia informara hoy de que tres norcoreanos solicitados para la investigación de la muerte del hermano del líder de Corea del Norte se refugian dentro de su embajada en Kuala Lumpur y que la legación diplomática de Pyongyang no está colaborando con las pesquisas.
La crisis diplomática continúa un día después de que Pyongyang declarara persona «non grata» al embajador malasio en Corea del Norte.
La decisión se tomó como represalia por la expulsión de su embajador en Malasia, ordenada por Kuala Lumpur el pasado sábado, tras sus críticas a la investigación por el asesinato de Kim Jong-nam, hermano de Kim Jong-un.
Kim Jong-nam murió el 13 de febrero tras ser asaltado en el aeropuerto de Kuala Lumpur por dos mujeres -detenidas e imputadas- que le frotaron la cara con el agente nervioso VX.
Según las pesquisas, las féminas fueron reclutadas por cuatro norcoreanos que abandonaron Malasia horas después del crimen y quienes presuntamente planearon el homicidio.
Pyongyang, por su parte, sostiene que la muerte fue causada por un ataque cardíaco y acusó a las autoridades malasias de conspirar junto a Estados Unidos y Corea del Sur, dos países con los que se mantiene técnicamente en guerra desde 1950.
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