Los brasileños volvieron a salir a las calles de decenas de ciudades del país, aunque en un número muy inferior que cuando exigieron la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, para defender el combate a la corrupción y pedir una profunda renovación política.
Las manifestaciones de este domingo fueron convocadas en las redes sociales por los mismos movimientos no partidarios que movilizaron a millones de brasileños el año pasado contra la entonces jefa de Estado, aunque esta vez no tuvieron la misma fuerza y reunieron reducidos grupos, con excepción de Sao Paulo.
Las protestas se desarrollaron sin incidentes en al menos 10 de los 27 estados del país pero atrajeron pocas personas, muy por debajo de las previstas por los organizadores, y se deshicieron en poco tiempo. En algunas capitales regionales el número de manifestantes no superaba el medio centenar.
La gran excepción fue Sao Paulo en donde miles de personas ocuparon varias calles de la emblemática Avenida Paulista.
La principal bandera de los manifestantes fue su apoyo a la investigación del gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras, que salpica a más de un centenar de políticos, incluyendo a al menos seis ministros, para defenderla de los intentos de algunos parlamentarios de frenarla y hasta de aprobar una amnistía.
Descubre más desde ElClick Panama
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.