El recién nombrado jefe de Gobierno libanés, Saad Hariri, anunció este jueves que formará lo antes posible un gabinete de «unidad nacional», que tendrá como objetivo el «resurgir del Líbano» y elaborar una ley electoral «justa».
«Se ha abierto una nueva era y confío en este momento positivo, que pone fin a los sufrimientos del país y de sus ciudadanos tras dos años y medio de vacío y parálisis, formar rápidamente un gobierno», afirmó Hariri al término de su reunión con el presidente, Michel Aoun.
El nuevo primer ministro adelantó que trabajará para lograr «una ley electoral justa, que asegure una equilibrada representación y supervise la celebración de las elecciones legislativas a tiempo», previstas en mayo o junio próximo.
«Tuve el honor de que el jefe del Estado Michel Aoun me asignara formar gobierno, lo que acepté y agradezco la confianza de mis colegas parlamentarios por haberme encomendado esta tarea nacional», agregó.
Hariri, que fue convocado al palacio presidencial, en presencia del presidente del Parlamento Nabih Berri, obtuvo hoy el apoyo de 112 de los 127 diputados que cuenta el Parlamento durante los dos días de consultas parlamentarias.
Solo se abstuvieron de respaldar su nombramiento el grupo chií Hizbulá y algunos diputados prosirios.
«Comienzo mi misión abierto a todos, incluso a aquellos que no me apoyaron en conformidad con la Constitución y a nuestros valores democráticos», dijo Hariri al respecto.
En su discurso, expresó asimismo su deseo de que «todas las manos se junten» para hacer frente a los retos económicos, de seguridad y políticos.
También prometió «proteger el país de las llamas que lo rodean, reforzar su inmunidad frente al terrorismo, ayudar a resolver el problema de los refugiados y recuperar la confianza de los jóvenes en un futuro mejor y de los árabes y del mundo en el Líbano».
«Esta es la promesa que hago a los libaneses en este nuevo mandato», concluyó Hariri, que ya ocupó el cargo de primer ministro entre 2009 y 2011.
Hariri optó a la jefatura de Gobierno después de haber dado su apoyo a Aoun, lo que desbloqueó la parálisis política en el Líbano, que había estado sin un presidente desde el 25 de mayo de 2014 por desavenencias entre los grupos políticos.
Aoun fue elegido jefe de Estado el pasado lunes con el apoyo de 83 diputados en segunda votación, entre ellos los de Hizbulá.
Según el sistema político en vigor en el Líbano, el presidente debe pertenecer a la comunidad cristiana maronita (católica de Oriente) mientras que la jefatura del Gobierno corresponde a un musulmán suní y la del Parlamento a un chií.
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