Choi Soon-sil, la «Rasputina» surcoreana protagonista del sonado escándalo de corrupción que puede costar el puesto a la presidenta del país, Park Geun-hye, fue este miércoles la gran ausente en la segunda sesión del comité de investigación parlamentaria del caso al negarse a declarar.
Choi alegó motivos de salud y la necesidad de preparar su defensa para no acudir a la sesión pública, en la que diputados de la Asamblea Nacional interrogaron a figuras del entorno de Park para conocer las conexiones de alto nivel que presuntamente derivaron en graves actos de corrupción.
Tras poner en duda los motivos de su ausencia, el comité parlamentario a cargo de la investigación emitió una orden para obligar a declarar a la «Rasputina», que se encuentra bajo arresto, pero aún así ésta no compareció en la Asamblea Nacional.
Choi, de 60 años y que nunca ha ocupado un cargo público, está acusada de haber mediado en asuntos de Estado gracias a su amistad con la presidenta, además de recaudar -mediante presiones o a cambio de favores- decenas de millones de dólares de los principales conglomerados del país.
De las 27 personas llamadas a declarar, solo 14 se presentaron en la sesión de hoy, entre ellas el ex jefe de personal de la jefa de Estado, el septuagenario Kim Ki-choon, a quien se dirigieron gran parte de las preguntas de los diputados.
Se sospecha que Kim, un siniestro personaje relacionado con presuntas violaciones de derechos humanos como ayudante del fallecido dictador Park Chung-hee, padre de la actual presidenta, ejerció de conexión entre ésta, la «Rasputina» y otras figuras a la hora de extorsionar a empresas y perpetrar otros actos ilícitos.
Kim se mostró evasivo en el interrogatorio y negó incluso conocer a Choi Soon-sil, aunque las declaraciones de otros testigos apuntaron a conexiones entre ambos, en sintonía con las investigaciones realizadas hasta la fecha por la Fiscalía.
La audiencia pública fue la segunda después de que el martes acudieran a declarar los ocho magnates más importantes del país -entre ellos los líderes de Samsung y Hyundai- para aclarar por qué aportaron decenas de millones de dólares a dos fundaciones de la «Rasputina».
Mientras, la presidenta anunció que permanecerá en su cargo sin importar el resultado de la moción del viernes, en la que diputados de la Asamblea Nacional votarán sobre su destitución.
Desde que se destapara el caso hace más de un mes, millones de personas han salido a las calles en protestas masivas para pedir la dimisión de Park Geun-hye, cuya impopularidad ha alcanzado niveles nunca vistos en la joven democracia del país asiático.
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