Choi Soon-sil, la amiga de la presidenta surcoreana bautizada como «Rasputina» y protagonista del mayor escándalo de los últimos años en el país asiático, rechazó este lunes los cargos que se le imputan en la primera sesión del juicio.
Choi, acusada de fraude y mediación ilícita en asuntos de Estado, negó su implicación en este caso de fraude a gran escala y tráfico de influencias durante la vista preparatoria del juicio contra ella y dos exsecretarios de la presidenta en el Tribunal del Distrito Central de la capital, informó la televisión local YTN.
La «Rasputina», que no estaba obligada a comparecer en esta primera vista, llegó a la sala esposada y vestida de presidiaria, ya que permanece detenida desde principios de noviembre tras destaparse este sonado caso de corrupción.
Choi, de 60 años y amiga íntima de Park desde hace décadas, está acusada de haber intervenido en asuntos de Estado a pesar de no ostentar cargo público gracias a su especial relación con la presidenta.
La acusada negó haber participado en la supuesta trama con Park -señalada como «cómplice» por los fiscales- mientras su abogado exigió al Tribunal ceñirse a pruebas objetivas a la hora de juzgar los hechos.
A la «Rasputina» se le acusa de haber extorsionado a empresas para obtener cuantiosas sumas de dinero, además de abuso de autoridad y filtración de documentos gubernamentales.
Por su parte, los excolaboradores de la presidenta, An Chong-bum y Jeong Ho-seong, están acusados de entregar documentos gubernamentales y presidenciales a Choi.
El caso ha generado una gran convulsión en Corea del Sur, donde millones de personas han salido a la calle en manifestaciones masivas en el último mes y medio.
Además, puede costar el cargo a la presidenta, que ha sido relevada provisionalmente de sus funciones después de que la Asamblea Nacional (Parlamento) aprobara una moción para su destitución que tendrá que ser refrendada por el Tribunal Constitucional.
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