La presidenta surcoreana, Park Geun-hye, negó este domingo nuevamente su implicación en el escándalo de corrupción que ha sacudido al país y ha llevado al Parlamento a destituirla de su cargo, algo que debe ahora ratificar o no el Constitucional.
Durante el tradicional encuentro de Año Nuevo con periodistas la presidenta dijo estar «triste» por lo que considera informaciones «distorsionadas y falsas» acerca de su implicación en el caso de la llamada «Rasputina surcoreana»
«Rumores, historias y reportajes han sido distorsionados y la circulación de información falsa está fuera de control», afirmó Park en la Casa Azul, nombre que recibe la oficina presidencial surcoreana, en declaraciones recogidas por la agencia Yonhap.
La presidenta aseguró que cooperará con la investigación de los fiscales, que la consideran cómplice de la trama y buscan acusarla de múltiples delitos, como abuso de autoridad, extorsión o revelación de secretos oficiales, cargos que sus abogados han negado.
La fiscalía cree que Park permitió a su amiga Choi Soon-sil, apodada la «Rasputina» por su influencia sobre la presidenta, acceso a documentos confidenciales y terciar en su toma de decisiones pese a no ostentar cargo público alguno.
«Hay obligaciones y decisiones que un presidente está forzado a afrontar. ¿Cómo pueden decir que mi amiga lo ha hecho todo?», afirmó Park, que aseguró que ha gobernado el país de acuerdo a su «propia filosofía y convicciones».
Choi, de 60 años, también está acusada de articular una trama con la cooperación de Park para extorsionar a empresas y lograr que donaran a varias fundaciones grandes sumas que luego habría intentado apropiarse parcialmente.
En ese sentido, Park negó que el gigante Samsung donara a fundaciones controladas «de facto» por Choi a cambio de que el Gobierno apoyara un proceso de fusión en 2015 de dos subsidiarias de la empresa apoyado por la familia que controla el conglomerado pero criticado por un fondo inversor de alto riesgo.
Se cree que Park habría instruido al exministro de Sanidad, Moon Hyung-pyo, a que forzara al fondo estatal de pensiones -que dependía de su cartera y es accionista de una de las dos subsidiarias- a apoyar la fusión.
«La fusión de Samsung fue, en su momento, un asunto de interés público. Los ciudadanos observaron de cerca la situación pensando en que si el plan (de fusión) no salía adelante debido al ataque de un fondo de alto riesgo, esto podía suponer una importante pérdida económica nacional», dijo la presidenta.
Las fuerzas opositoras condenaron las palabras de Park y lo que consideraron su «extrema falta de arrepentimiento», según dijo un portavoz del principal bloque opositor, el Partido Democrático.
Con base en la investigación de la fiscalía, el Parlamento destituyó el pasado 9 de diciembre a Park, que está pendiente de que el Constitucional apruebe o no la medida en un proceso de revisión que podría llevar hasta mayo.
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