Kyrie Irving pasará por quirófano este sábado de nuevo y estará de baja entre cuatro y cinco meses.
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En un principio, el base de los Celtics iba a estar de baja entre tres y seis semanas: se perdía la recta final de la temporada y era duda en la primera ronda del playoff. Pero la realidad para la franquicia de Massachusetts ha sido mucho peor: tiene una infección en la rodilla (según ha confesado el propio Irving) y no volverá hasta la próxima temporada.
Irving volverá a pasar por quirófano este sábado para retirar dos tornillos en la rótula implantados tras la operación de las Finales de 2015. Su último encuentro fue el 11 de marzo frente a los Pacers.
Aquel día sólo disputó 15:55 y el base decidió parar para intentar llegar bien a los playoffs. “No estoy preparado. Espero que no sea necesario pasar por quirófano”, dijo aquel día Irving, pero su estado no mejoró y a finales de mes se sometió a una operación.
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Para Irving, es un golpe duro debido a que tras su exitoso paso por los Cavaliers de LeBron James, llegó a los Celtics con con la misión de pelearle en solitario el título a Stephen Curry y los Golden State Warriors, y a los mismos Cavs de su excompañero James.
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