Kevin Fernández, el chico de las sonrisas gratis

La fama le llegó por casualidad. La disfruta, pero no le quita el sueño. Tiene claro que en la vida es importante mantener los pies en la tierra, porque la proyección que le dan las cámaras podría ser efímera.

Es Kevin Fernández, uno de los 14 jóvenes que cada tarde defiende su género en las pantallas de TVN con el programa «Esto es Guerra». Debajo de esa fachada de chico musculoso hay un ingeniero náutico con maestría en Prevención de Riesgo Industrial, que disfruta la comida y los ratos que puede compartir con su familia. Conversó con ElClick.news y nos contó un poco sobre sus gustos y sus aspiraciones futuras.  

– ¿Cómo un ingeniero náutico termina en un show de televisión?

– Bueno porque cuando uno se gradúa tiene que esperar un lapso para conseguir el enganche para la práctica profesional y en ese lapso apareció primero una oportunidad en el programa Calle 7.

Hice un casting, fui seleccionado en ese programa, y se me abrieron las puertas. Allá sufrí una lesión y tuve que esperar un tiempo para recuperarme y poder volver al programa. Más tarde salió esta oportunidad de “Esto es Guerra”.

Esto es temporal, uno nunca sabe cuánto va a durar. 

– ¿Cuánto tiempo tiene el programa al aire?

– Ya tenemos como nueve meses.

– ¿Llevaste la carrera de ingeniería a la par del modelaje?

– Fue como un plan B. Yo me gradué y la verdad que al principio fue más como por relajo o por ver qué podía salir de eso, pero nunca pensé que se podían abrir tantas puertas

– ¿Pero te llamaba la atención el mundo del espectáculo?

– La verdad no. Nunca pensé que se me fueran a abrir tantas puertas. Fue más que todo como curiosidad. Uno también dice ‘si no estoy haciendo nada, probando no pierdo nada’.

– ¿Cómo ha sido este trayecto, en relación con lo que era tu expectativa y lo que vives ahora?

– Yo no pensaba quedar en la televisión y más nunca pensé en hacer casting de televisión. Siempre hacía casting para trabajos de propagandas, de modelo. Pero ese día fui para el casting de Calle 7, sin saber qué era Calle 7, pensé que era un trabajo más como modelo y estando allá me di cuenta que era para un programa de televisión.

La verdad es que se me han abierto bastantes puertas. El cambio en mi vida ha sido drástico, bastante bueno y ahora en este nuevo programa mucho más, me ha ido mejor. Todo depende de cómo uno vaya manejándolo.

– ¿Qué cambió en la vida de Kevin Fernández con la llegada de la fama?

– En realidad, ahora en mi vida no tengo tanta privacidad. Ahora todo lo que hago lo debo manejar con sumo cuidado porque donde uno menos piensa, la gente te identifica, te toman fotos, o sea ya tu vida privada es mínima y cuando sales a la esquina todo el mundo te reconoce.

A veces uno sale y vas pensando en tus cosas y no esperas que alguien venga y te converse como media hora. Tú por ser educado, lo escuchas, y eso ocurre una, dos, tres y 20 veces al día. Te piden autógrafos, fotos, eso causa estrés, pero por otro lado es bonito que la gente te reconozca.

Eso también te ayuda a tratar de ser mejor persona, porque nadie quiere que la gente lo juzgue, o que estén diciendo que eres una mala persona y menos si tienes hermanos menores, como en mi caso, que tengo dos hermanas menores.

– ¿Cómo manejas la fama, porque no todos los días se está de ánimo para lidiar con los fanáticos?

– Te digo la verdad. A uno le toca. Uno sabe que tiene que hacer eso así que de repente hay días que uno tiene una que otro momento malo, pero la gente no tiene la culpa. A uno le toca respirar profundo y darles una sonrisa. Las sonrisas son gratis y hay que hacerlo.

– ¿Además de la televisión, qué más le gusta hacer a Kevin Fernández?

– Mi familia está en el interior, pero cuando tengo días libres trato de ir para allá, en Coclé. Voy al gimnasio; hay que mantener un buen físico para mantenerse en este mundo. Este año que pasó tomé una maestría en Prevención de Riesgo Industrial, y aparte de eso me gusta leer, me gusta comer. 

– ¿Te gusta cultivar el intelecto de la misma manera que los músculos?

– Claro que sí, eso es importante. No te puedes sentar con una persona, un ejecutivo o un cliente y comienzas a hablarle locuras, porque eso es obvio, se capta de una vez. Hay que nutrirse, estar atento con las noticias, conversar con personas mayores que siempre te pueden enseñar algo, y son las que más saben. Me gusta también cultivar la parte de los conocimientos.

– ¿Además de hacer ejercicios qué otras cosas en los ratos libres?

– Me gustan las actividades relajadas, al aire libre; ir al cine, salir a comer (ahí es donde gasto más dinero, en la comida); y en la playa que es el lugar ideal para liberar estrés, alejarse de la ciudad y tener espacio para uno solo.

– ¿Tienes novia?

– No, actualmente no tengo novia.

– ¿Qué debe tener una chica para que le guste a Kevin Fernández?

– No sabría que decirte. La verdad es que yo no tengo como un tipo de chica específico. Cuando salgo con alguien, empiezo a conocerla, y ahí digo si me parece interesante o no. Odio a las personas que se creen más que los demás, que son prepotentes, antipáticas, que son groseras, odio eso. Así que mientras más humilde, más puntos a su favor puede tener una mujer.

– ¿Te acosan las mujeres?

– De acoso no. Pero sí hay una que otra que te habla por las redes sociales. Las mujeres cuando te ven en la tele se deslumbran.

Por las redes sociales la gente se desenvuelve más y si hacen una que otra locura, pero de ahí a que me acosen como tal no. Pero si me mandan fotos, mensajes intensos.

– ¿Cómo es la dinámica con tus compañeros?

– Al principio como éramos casi todos desconocidos, era un poco tenso el ambiente, pero nos fuimos conociendo y fuimos haciendo equipo. Ahora mismo todos nos llevamos bien, gracias a Dios, somos un equipo bastante bueno y como somos hombres contra mujeres, creo que la unión es bastante buena; aunque siempre entre las mujeres va a haber un poco de choque. Considero que entre los hombres hay mejor feeling que entre las mujeres. 

– ¿Te gustaría ejercer tu carrera de manera profesional?

– Sí, claro que sí. Eso nunca lo he descartado, pero se presentaron estas oportunidades de trabajar en la televisión y había que aprovecharlas, porque uno nunca sabe.

– Qué te gusta comer?

– Uff, la pizza me mata. Pero yo como de todo. Tú me pones césped con kétchup encima y me lo como. Pero la pizza principalmente y la comida criolla, me matan.

– ¿Qué género de cine te gusta?

– Comedias y de terror. Son como los extremos.

– ¿Clima frío o calor?

– Calor, soy friolento.

– ¿Si tuvieras que escoger en este momento entre seguir en la televisión o ejercer la carrera, por dónde te irías?

– Dependería. Tendría que evaluar las opciones. Si tuviera que escoger mi carrera, tendría que saber que si me voy por ahí voy a seguir subiendo. 

– Además del reconocimiento público ¿Qué otra cosa te ha brindado el mundo de la televisión?

– Muchas facilidades. Patrocinios, la gente te mira de otro modo; es triste, pero antes como no era una figura pública nadie te veía. Ahora dicen ¡wao! Ahora apenas llegas a un local, la gente te reconoce, te dan mejor trato, si vas con tus familiares la pasan mucho mejor.

– ¿No te parece muy superficial el mundo de la televisión?

– Depende más de la persona. Porque también es cierto que hay gente que entra a este mundo y se van a las nubes, pero es importante mantener los pies en la tierra, ser humilde, no tienes por qué cambiar. 

– ¿Y cómo haces para mantenerte con los pies en la tierra?

– Seguir siendo como yo he sido siempre. Eso es lo principal. Si la gente te quiere o la gente te odia, eso no te tiene que cambiar a ti. Deber seguir siendo tú mismo y ya.

– ¿Tu fama espanta a las mujeres o las atrae?

– Si la chica está segura de sí misma, eso no tiene por qué espantarlas. Si están saliendo conmigo por qué les va a dar miedo que los medios lo digan. Todo se trata de comunicación. Si es tu novia, tiene que aceptar que eso es tu trabajo, porque no es que uno salga a coquetearle a las mujeres o lo haga con otra intención

– ¿Qué  mensaje le darías Kevin Fernández a la juventud que te admira, para que se motiven?

– Le diría a los jóvenes que se mantuvieran siempre haciendo las cosas bien. No descarrilarse. A media que uno va creciendo van surgiendo tentaciones; habrá muchas en el camino, pero todo es cuestión de seguir enfocado en lo que se quiere y no afectar a su familia, porque cada decisión que uno toma los beneficia o los perjudica, así que hay que mantener siempre el enfoque en las metas, en cosas buenas, en Dios y nunca darse por vencido.