El Diario Crítica reseñó el lamentable caso de un menor de once años de edad quien murió luego de que un grupo de sicarios abriera fuega contra los asistentes a un juego del mundialito que se realiza en Villa María, Nueva Libia, Alcalde Díaz.
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El menor fue identificado Roderick Grajales y tenía tan solo 11 años de edad. El niño era un «crack» del fútbol según cuentan sus amigos y familiares y acudió a presenciar lo que sería el último juego de su vida.
Todo pasó la tarde del domingo. En la cancha Multiuso de Villa María se realizaba el último partido del día, y Roderick como todo un aficionado del deporte estaba pegado a la cerca de ciclón mirando como se desarrollaba el juego.
Minutos después, tres sicarios bordo de un taxi pasaron por el área. Dos de ellos se bajaron en una loma y cuando el árbitro del partido hizo el pitazo que ponía fin al juego, los sicarios empezaron a disparar a diestra y siniestra.
«Nadie sabe quiénes son, no los vimos porque todo mundo empezó a correr y al ver al niño en el suelo otros fueron a socorrerlo, pero era tarde» contó un morador, quien lamentó lo sucedido ya que el pequeñín era una revelación del fútbol por su forma de jugar.
El cuerpo del pequeño Roderick quedó tendido en la esquina de la cancha. Cuando intentaron socorrerlo era demasiado tarde: estaba en sus últimos minutos y falleció en el sitio.
Su hermana Ana contó al medio de comunicación que el menor asesinado por los sicarios era muy respetuoso.
El pequeño Roderick estudiaba en el Sexto Grado «J» de la escuela el Nuevo Progreso en el sector de El Progreso y se destacaba por su participación en los deportes. Además tenía un buen promedio en sus clases.
Fuente: Diario Crítica
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