En el extremo sur del Condado de Miami-Dade se extiende Homestead, que no solo alberga el mayor centro para menores indocumentados de Estados Unidos sino a numerosos trabajadores del campo, en su gran mayoría indocumentados que en estos días se hallan en zozobra ante la amenaza de redadas masivas.
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Esta ciudad ubicada 35 millas al suroeste de Miami, y tapizada con grandes extensiones de cultivos, es principalmente un área agrícola que emplea a unos 40.000 trabajadores, en un gran porcentaje indocumentados, como señala la organización local WeCount, que vela por los inmigrantes.
«Me da mucho miedo. Mi único delito en este país ha sido andar sin un documento, yo no le hago daño a nadie, no soy una delincuente», dijo a Efe una mexicana de 40 años, que prefiere no identificarse por temor a represalias y trabaja en los cultivos de esta localidad, el último enclave antes de los Cayos de Florida.
La mujer, madre de tres hijos de 19, 14 y 5 años, alude de esta forma al vencimiento del plazo de dos semanas dado por el presidente de EEUU, Donald Trump, para que empiecen las redadas masivas en grandes ciudades del país, una amenaza reflotada luego de que el pasado fin de semana mandatario advirtiera que comenzarían «muy pronto».
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«Ahora estamos en plena temporada del frijol y del boniato«, se lamentó la mexicana.
Fuente: Unión Radio
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