Entre 20 y 35 días es el lapso de tiempo que un paciente con ventilación mecánica está dentro de una sala de cuidados intensivos con COVID-19 en Panamá.
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El jefe de Docencia de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Santo Tomás, doctor Eduardo Prado, explicó que en la lucha por salvar vidas han mantenido a pacientes hasta 35 días sedados.
“Cuando el paciente está en esta situación no percibe lo que ocurre a su alrededor. El problema viene después, cuando lo despiertas y lo entubas y hablas con él y le informas que estuvo 35 días en ventilación mecánica, muchos no locreen”, indicó el galeno.
Prado indicó que esta es una situación muy triste tanto para el paciente, como para sus familiares, debido a que las secuelas que deja estar internado en una sala de UCI son muy duras.
“Las secuelas que deja la ventilación mecánica por la instancia en una Unidad de Cuidados Intensivos no son despreciables, muchos de estos pacientes quedan con neuropatía, debilidad muscular extrema, imposibilidad incluso para levantarse, pero afortunadamente, eso se recupera, no de forma inmediata, sino que necesitan una terapia de rehabilitación, ya sea física o vocacional”, indicó.
En cuanto a las reacciones de una persona al despertar luego de tantos días de estar sedado, el médico indicó que esta puede variar en cada paciente.
Algunos se lo toman de forma muy calmada, mientras que otros despiertan agitados y confusos, debido a los días que estuvieron sedados.
Actualmente, en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Santo Tomás hay unos 32 pacientes, de los cuales 31 están en ventilación mecánica.
Fuente: Panamá América
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