La primera reunión de diálogo formal entre el Gobierno de Venezuela y la oposición concluyó el domingo con la decisión de crear de inmediato cuatro mesas de trabajo sobre el respeto a la soberanía, la reparación a las víctimas, el cronograma electoral y la situación económica del país.
El representante del Vaticano para este diálogo, el prelado italiano Claudio María Celli, leyó al concluir la reunión una declaración conjunta en la que se explica que estas mesas de trabajo estarán coordinadas por los mediadores de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Iglesia.
Asimismo, indicó que entre los acuerdos alcanzados quedó establecido el próximo 11 de noviembre para un nuevo encuentro de la mesa general de diálogo.
Entre los consensos alcanzados en esta primera reunión está la adopción de la metodología propuesta por el grupo de mediadores de la Unasur -el exjefe del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y los expresidentes Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (R. Dominicana)- y los del Vaticano.
Rodríguez Zapatero coordinará la mesa «Paz, respeto al estado de derecho y a la soberanía nacional», mientras que la Santa Sede dirigirá otra sobre «Verdad, justicia, derechos humanos, reparación de víctimas y reconciliación».
Un tercer equipo abordará el tema «económico social», bajo la coordinación de Fernández, y una cuarta mesa versará sobre «Generación de confianza y cronograma electoral», coordinada por Torrijos.
Cada una de las mesas contará con un representante del Gobierno venezolano y uno de la oposición, cada uno con sus respectivos asesores técnicos, explicó Celli.
En el curso del debate, que fue «constructivo y respetuoso», según el prelado, se consideraron atender temas como «el compromiso conjunto para el mantenimiento de la paz», «la revisión de situación de personas privadas de libertad» y la situación de los tres diputados opositores por el estado Amazonas suspendidos por un tribunal.
Asimismo, se abordó el «cronograma e institucionalidad electoral y respeto a los procesos electorales previstos en la Constitución» y el funcionamiento de los poderes públicos y respeto de sus competencias.
También acordaron atender los problemas económicos «más urgentes», así como de escasez y de abastecimiento que sufre el país.
El alcalde chavista Jorge Rodríguez, miembro de la delegación del Gobierno, pidió un diálogo «franco, certero, sincero, constructivo» y se comprometió «a que este diálogo tenga resultados certeros y rápidos».
Rodríguez subrayó el compromiso que asumieron todos de reducir el tono del discurso político entre los adversarios.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, destacó que la presencia de los opositores en el diálogo es el resultado de la invitación del papa Francisco.
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