Gobierno y las FARC dieron un paso histórico para la paz de Colombia con un histórico y cordial encuentro entre guerrilleros miembros del alto Ejecutivo, incluidos generales que los combatieron durante décadas, en uno de los 26 lugares donde los rebeldes dejarán las armas y se desmovilizarán.
Bajo un sol inclemente en una planicie polvorienta en Pondores, un paraje del municipio de Fonseca, en el departamento caribeño de La Guajira, el alto comisionado para la Paz de Colombia, Sergio Jaramillo; el jefe del Comando Estratégico de Transición, general Javier Flórez, y el número dos de las FARC, Luciano Marín, alias «Iván Márquez», hablaron a más de 200 guerrilleros, todavía armados con fusiles y granadas, sobre el futuro.
«Se trata de construir entre todos la paz, tenemos que sacar el conflicto de las mentes y los corazones de los colombianos; hay quienes miran en el pasado pero el camino es el futuro», dijo Jaramillo a los integrantes del Frente 59 de las FARC, que operó en la costa atlántica del país.
Ese grupo estuvo concentrado durante más de dos meses en un campamento situado en un punto cercano llamado La Y de las Marimondas, de donde salieron esta mañana para concentrarse en Pondores, una de las 26 zonas veredales transitorias de normalización (ZVTN) en las que harán el paso de la lucha armada a la vida en sociedad.
«Es algo extraordinario, quién se hubiera imaginado hace un par de años que esto iba a ocurrir y que las FARC iban a marchar de manera ordenada por los campos de Colombia, iban a navegar por los ríos para llegar todas a estas zonas», dijo Jaramillo a Efe al hacer un balance del movimiento de más de 6.300 guerrilleros a pie, en autobuses, camiones o canoas, que debe concluir esta misma semana.
El alto comisionado reconoció que es la primera vez que se reúne con un grupo tan numeroso de guerrilleros rasos, a quienes, al igual que el general Flórez e «Iván Márquez», saludó uno a uno al concluir el acto, una escena impensable hace tan solo unos meses.
«Es el fin de una guerra; lo que necesitamos es un ambiente de alegría en el país», añadió Jaramillo.
El funcionario consideró desafortunado «que en las eternas discusiones políticas de Bogotá se pierde de vista lo esencial», como es el hecho de «que estos hombres están pensando en su nueva vida, en cómo construir la paz y que el Gobierno también cumpla con los acuerdos de La Habana», en lo que aseguró, «estamos y vamos a estar concentrados».
«La paz es una realidad con las FARC en Colombia», dijo el general Flórez, que combatió la guerrilla en los campos y en los últimos años de negociaciones en Cuba ayudó a diseñar el mecanismo de alto el fuego bilateral y definitivo y de dejación de armas de las FARC.
Los guerrilleros instalados en estas zonas rurales tendrán que trabajar conjuntamente con el Gobierno en la construcción de sus campamentos porque, debido a las dificultades logísticas propias de las zonas remotas, las autoridades entregaron los terrenos aplanados y sin maleza, acondicionados con una infraestructura básica de agua potable y electricidad, pero falta construir el resto.
«Hay dificultades pero sabemos que el Gobierno va a cumplir», manifestó «Iván Márquez» con un tono conciliador en su discurso.
Según el jefe guerrillero, no fue «la última marcha de las FARC», como la definió Jaramillo, sino «el comienzo de la gran marcha de la esperanza del pueblo colombiano hacia la paz, hacia la reconciliación, hacia la vida digna».
«Nosotros hemos firmado la paz pensando en las generaciones futuras, hemos firmado la paz pensando en los nietos de los aquí presentes», enfatizó.
Con la reunión de los guerrilleros en las 26 zonas rurales, cuya seguridad está garantizada por anillos de seguridad del Ejército y la Policía, comenzará el proceso de recolección y almacenamiento de sus armas, granadas y municiones, de lo que se encargará una misión internacional liderada por la ONU, que además destruirá el armamento considerado «inestable».
Al referirse a lo que falta por hacer, Jaramillo dijo a Efe que los movimientos de hoy en 26 puntos geográficos del país «no es el fin sino el comienzo del proceso» pues «ahora viene lo más importante que es hacer las cosas en el terreno».
«Se trata de construir entre todos» dijo en el acto, para «dar dignidad a nuestros campesinos, tener una democracia más vigorosa, resolver el problema de los cultivos ilícitos y responder a las víctimas» de más de más de medio siglo de conflicto armado.
Por su parte, el alto consejero presidencial para las Regiones, Carlos Correa, afirmó que para responder a las necesidades existentes el Gobierno pondrá en marcha «grandes programas de desarrollo».
Eso incluye «una gran inversión en vías terciarias, que es lo que conecta al campo con la ciudad», para ayudar a que esa Colombia salga del atraso en que ha vivido durante décadas.
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