La confesión de culpabilidad del expresidente de la Federación de Fútbol de Costa Rica, Eduardo Li, en el caso de corrupción internacional conocido como «FIFAgate», ha enlodado la cancha en el país centroamericano en ámbitos que van desde la organización de un Mundial hasta contratos televisivos y de marcas deportivas.
Todo fue una fiesta y una celebración por el histórico Mundial Femenino Sub’17 Costa Rica 2014, la primera Copa del Mundo de la FIFA realizada en Centroamérica, pero la confesión de Li ha colocado una nebulosa sobre la organización del torneo.
También los contratos televisivos internacionales, los partidos amistosos de la selección y el contrato con la marca de ropa deportiva se han visto salpicados.
El pasado 7 de octubre, Li se declaró culpable ante la Corte del Distrito del Este de Nueva York por tres delitos de los 14 que le imputa el Departamento de Justicia de Estados Unidos, según informó ese día su abogado Roger Guevara.
Según informes de prensa local e internacional, Li reconoció ante la Corte haber recibido «miles de dólares» en sobornos para autorizar partidos amistosos de la selección, para ceder derechos de transmisión de televisión, para un contrato con una marca deportiva y además aceptó haber desviado dinero del Mundial Femenino Sub’17 de Costa Rica 2014.
El actual presidente de la Fedefútbol, Rodolfo Villalobos, quien era tesorero durante la presidencia de Li, ha tenido que salir a dar la cara y afirma que no conocía lo hecho por el exdirigente y que no tuvo nada que ver con ello.
El estatal Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder) ha pedido a la Fedefútbol que le entregue todas las facturas del Mundial Sub’17 relacionadas al uso de dineros públicos, con el fin de descartar anomalías.
La Fedefútbol afirma que entregará los documentos, pero aclaró que esas liquidaciones, firmadas por Villalobos cuando era tesorero, fueron aprobadas por la Contraloría General de la República porque cumplieron todos los requisitos legales.
«Dichas liquidaciones presentadas oportunamente a la Contraloría fueron suscritas por el tesorero de la Fedefútbol por requisito de Ley», indicó en un comunicado la Fedefútbol.
«No obstante, se aclara y mantiene lo dicho en el sentido de que la contabilidad, pago de facturas y la revisión de las mismas no eran responsabilidad del señor Rodolfo Villalobos, era una responsabilidad del Comité Organizador Local presidido por Li Sánchez», agregó la misiva.
La Federación aseguró que investigará a fondo la utilización de los dineros aportados por la FIFA para la organización del Mundial Femenino Sub’17.
«La Fedefútbol abocará sus esfuerzos en investigar la forma en la pudo haber operado Eduardo Li para la obtención ilegítima, por él aceptada, de los dineros del Mundial Femenino», concluyó el comunicado.
A la polémica sobre el Mundial femenino se une la relación con la marca deportiva estadounidense New Balance, que según la Fedefútbol pagó a la italiana Lotto una cláusula de rescisión del contrato para vestir a las selecciones de Costa Rica después del Mundial de Brasil 2014.
Luego New Balance firmó un contrato con la Fedefútbol, que según Villalobos fue «un gran paso en marca y costo» y reunía mejores condiciones, por lo que el Comité Ejecutivo de la Federación lo aprobó.
La confesión de Li no dice expresamente el nombre de la marca de ropa deportiva de la que recibió sobornos, pero es claro que New Balance ha salido salpicada y por ello Villalobos se reunió con representantes de la empresa el pasado miércoles.
Villalobos dijo que la empresa negó haber pagado sobornos a Li, pero la investigación continuará y de confirmarse algún pago ilegal se rescindirá el contrato.
El directivo aseveró que la Fedefútbol buscará recuperar dinero y determinar si hay más personas involucradas con Li.
La investigación de las autoridades estadounidenses sobre el «FIFAgate» involucran a la empresa Traffic, a la que la Fedefútbol encabezada por Li le vendió los derechos de transmisión de televisión para los partidos de Costa Rica.
Li fue detenido en Suiza en mayo de 2015 junto a otros seis dirigentes de la FIFA, como sospechosos de integrar una red de corrupción, y en diciembre de ese año aceptó su extradición a Estados Unidos para someterse a la justicia de ese país.
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