Durante la tarde del lunes, el exinspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), Óscar Pérez falleció al ser acorralado por las fuerzas policiales y militares bajos las órdenes del presidente venezolano Nicolás Maduro.
Recordado por ser el hombre que sobrevoló la ciudad de Caracas en un helicóptero desde el cual atacó la sede del Tribunal Supremo de Justicia y la sede del Ministerio del Interior con disparos y granadas, Pérez ha estado desde el pasado mes de junio de 2017 en la clandestinidad, enviando mensajes y convocando al pueblo venezolano a una nueva lucha en la calle, mientras Venezuela continúa sufriendo la peor crisis de su historia.
Perez fue cercado en una vivienda ubicada en el sector El Junquito, (noroeste de Caracas) desde la cual envió videos a través de su cuenta en instagram @Equilibrio_GV, informando de su situación junto al grupo armado que lo acompañaba.
En los videos, Pérez informó con heridas notorias que se rendía y solicitó que no dispararan más, alegando que también existían civiles en la estructura, algo que los grupos de respuesta del Gobierno de Venezuela omitieron hasta dar con la muerte del expolicía, utilizando artillería de alto calibre en un despliegue pocas veces visto en la historia del país.
Hasta altas horas de la noche del lunes, se desconocía el paradero de Óscar Pérez hasta que se filtró una fotografía en la que se confirmaba su deceso en el lugar del enfrentamiento.
El caso de Óscar Pérez dividió las opiniones del país, ya que una parte consideró que el caso se trataba de un montaje por su previa participación en una película de bajo presupuesto en la que mostraba sus cualidades como experto policial, mientras que la otra lo veía como el héroe que intentaba amedrentar al régimen madurista.
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