Los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, pactaron facilitar el acceso boliviano al océano Pacífico mediante proyectos de integración que incluyen un tren que conectará ambos países con Brasil, además de la potenciación del puerto peruano de Ilo.
Estos temas fueron abordados en el gabinete binacional que ambos mandatarios encabezaron en la ciudad de Sucre (sureste), la capital constitucional de Bolivia.
Tras repasar los avances en las metas trazadas en una reunión similar celebrada en junio de 2015 en la región peruana de Puno, los Gobiernos de Bolivia y Perú se comprometieron a impulsar el proyecto del llamado corredor ferroviario bioceánico central.
El plan, impulsado por el Gobierno de Morales, prevé conectar con un ferrocarril el puerto brasileño de Santos, en el océano Atlántico, con el peruano de Ilo, en las costas del Pacífico, atravesando territorio boliviano para facilitar el comercio de Suramérica con el mercado chino, entre otros objetivos.
Morales y Kuczynski coincidieron en defender el proyecto frente a otro que proponía tender la línea férrea directamente entre Brasil y Perú, pero que suponía mayores costos y dificultades ambientales.
El mandatario peruano sostuvo que en un viaje que hizo a China hace poco, planteó a las autoridades de ese país que el tren «tiene que ir por la ruta más corta, no por el norte de la selva de Perú, causando un gran problema ambiental y además demorando bastante tiempo para llegar a los puertos del norte peruano».
Afirmó que el tren debe atravesar Bolivia y llegar a los puertos del sur peruano porque «es la ruta más lógica» para el proyecto.
Morales resaltó que el ferrocarril abaratará los costos de exportación e importación y no causará problemas ambientales si pasa por su país.
El mandatario boliviano manifestó que el ferrocarril será «el canal de Panamá del siglo XXI» y también lo comparó con el Qhapaq Ñan, la gran red vial de los incas.
Morales ha destacado siempre que el proyecto beneficiará a Bolivia, Brasil y Perú, pero además a Paraguay, Argentina y Uruguay, ya que se prevé conectar el tren con la hidrovía Paraguay-Paraná.
Según estudios realizados por el ministerio boliviano de Obras Públicas, el ferrocarril permitirá ahorrar 25 días en el transporte de carga desde Brasil hacia el continente asiático.
A propósito de la integración, Kuczynski afirmó que su país «tiene las puertas abiertas» para que Bolivia acceda al Pacífico.
«En nuestra agenda está la integración, integración sobre todo en el transporte, en el acceso al océano, al mar, al transporte internacional y ahí el Perú tiene las puertas abiertas», sostuvo.
En la declaración final del encuentro, los gobernantes también expresaron su interés «en la pronta implementación de los Convenios de Ilo suscritos en enero de 1992», para el uso de esa terminal portuaria por parte de Bolivia.
El Gobierno peruano indicó que «se están desarrollando los procedimientos internos» respecto al protocolo complementario de Ilo, firmado en 2010 por Morales y por el entonces presidente peruano, Alan García, y que aún está sujeto a aprobación del Parlamento de Perú.
Este protocolo facilitará que Bolivia pueda tener un acceso permanente al océano Pacífico y realizar actividades industriales, comerciales y turísticas en una zona de Ilo.
Bolivia tiene un interés especial en que el convenio sea ratificado para poder desarrollar inversiones en Ilo y facilitar su comercio exterior a través de esa terminal como una alternativa para dejar de depender de los puertos del norte chileno, por los que se mueve actualmente la carga boliviana de ultramar.
El Ejecutivo boliviano ha denunciado varias veces que sus empresarios y transportistas se enfrentan a malos tratos y a una serie de trabas burocráticas para acceder a los puertos chilenos.
La denuncia más reciente tiene que ver con una serie de huelgas de funcionarios chilenos registradas en los últimos días y que, según las autoridades de La Paz, ha perjudicado a su comercio por las dificultades para acceder a las terminales portuarias de Chile.
Bolivia se quedó sin acceso al Pacífico al perder frente a Chile una guerra a fines del siglo XIX y a la que concurrió en alianza con Perú, que también cedió parte de su territorio.
El Gobierno de Morales demandó a Chile en 2013 ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en busca de un fallo que obligue al país austral a negociar de buena fe su reclamo de una restitución de su acceso al Pacífico.
En la Declaración de Sucre, Perú señaló que «mantiene su más amplio espíritu de solidaridad y comprensión en relación a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia».
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