transformación digital
Según el Global Center For Digital Bussiness, durante los próximos cinco años cuatro de cada diez compañías tradicionales dejarán de tener actividad si no entran de lleno en la era digital. Foto: DebutMagazine.com

Empresas que no se preparen para la transformación digital corren el riesgo de desaparecer

En un artículo publicado en el portal Magazindebut.com el publicista Mario Martin, CEO Agencia de Publicidad MOLA, explica cómo la transformación digital acelerada obliga a personas y a las empresas a adaptarse con cada vez mayor velocidad a los cambios. 

En el texto, titulado: «Tecnología y personas en la transformación digital, ¿estás preparado?«, reflexiona sobre el crucial y necesario cambio de enfoque: La revolución digital va mucho más allá del mero uso de las nuevas tecnologías, consiste en una forma nueva de entender la empresa y de conceptos como el teletrabajo, entre otros.

Acá puede leer textualmente el artículo:

«La transformación digital evoluciona tan rápidamente que aquellas empresas incapaces de adaptarse a los cambios corren el riesgo de desaparecer. Una reflexión que no por categórica y casi trágica es menos cierta. Basta con hacer un poco de memoria: hasta hace poco más de dos décadas las innovaciones habidas en tecnología contaban con periodos más o menos largos hasta que de verdad se ponían al servicio de la comunidad. En la actualidad, sin embargo, los cambios se suceden tan deprisa que casi no tenemos tiempo de asumir uno cuando otro llama a nuestra puerta. Esa necesidad de lo que se ha denominado “Transformación Digital” se ha convertido en la clave de la supervivencia de los negocios. De hecho, según el Global Center For Digital Bussiness, durante los próximos cinco años cuatro de cada diez compañías tradicionales dejarán de tener actividad si no entran de lleno en la era digital.

Una transformación imprescindible, pero que se debe asumir como parte fundamental en la estrategia organizativa de las corporaciones y no tanto en el aspecto de fórmula para resolver cada reto tecnológico de manera individual. Su objetivo principal debe consistir en alinear estructuras y procesos internos de las compañías con sus necesidades y objetivos, a la vez que estar de manera permanente preparados para desarrollar nuevos modelos y tecnologías con el fin de relacionarse a través de canales y herramientas digitales con los distintos stakeholders.

Las nuevas tecnologías han puesto al alcance de los individuos aplicaciones con las que pueden organizarse de manera descentralizada, exigir más transparencia en las prácticas empresariales e incluso hacer frente a grandes entidades públicas o privadas; sin embargo, esta transformación, este profundo cambio, va mucho más allá de tener correo electrónico, página web o, como ahora todos creen, presencia en Redes Sociales. Se hace necesario romper las barreras del espacio. La revolución digital a la que nos referimos va mucho más allá del mero uso de las nuevas tecnologías, consiste en una forma nueva de entender la empresa. Incluso aquellas compañías que sólo buscan generar valor para sus accionistas dirigen su estrategia hacia los consumidores, por supuesto, en muchos casos a los ciudadanos, pero también hacia los empleados. Y es que las nuevas generaciones hemos entendido que el recurso más valioso que tenemos es el conocimiento y que gracias a este podemos acceder con mayores posibilidades a un trabajo en cualquier lugar del mundo. Es fundamental, por tanto, que las empresas estén dispuestas a dar un paso más allá y atreverse a tener colaboradores en diferentes lugares aportando ideas, con conocimiento de las tendencias globales, a la vez que transformar los departamentos de recursos humanos en verdaderas áreas de talento.

La transformación digital está generando un nuevo perfil de industrias y empresas 4.0, donde lo importante es el valor añadido que aporta el trabajador a la empresa, siendo para estas cada vez menos importantes las horas que el empleado pasa sentado frente a una máquina o un ordenador. En muchos casos el trabajo a distancia, por objetivos o por proyectos, es mucho más rentable para las empresas. El escenario muta y será necesario hacer un esfuerzo de adaptación a ese cambio con formación y con estructuras que fomenten el salto digital.

Conviene tener en cuenta que esta transición desarrollada en un entorno de herramientas o cambios estructurales en las empresas no presenta un resultado igual para todos que se pueda utilizar como referencia. Lo que hoy te funciona a ti no quiere decir que me funcione a mí o que pueda funcionar mañana; hay que estar en constante evolución. Tenemos ejemplos de empresas que en su momento estuvieron en lo más alto y hoy en día son solo historia, como es el caso de Blockbuster, Kodak o Tower Records, empresas que en su momento no supieron adaptar su visión del negocio al entorno cambiante, a las necesidades del consumidor y por lo tanto fueron devoradas por el cambio de este y del mercado. El caso Kodak en concreto muestra lo que le puede pasar a las empresas cuando no evolucionan con los cambios tecnológicos y digitales. Lo irónico es que fue un ingeniero de Kodak quien creó el primer prototipo de cámara digital en 1975. Décadas después, las cámaras se volvieron digitales y se fusionaron con los celulares. La gente pasó de imprimir a postear y Kodak debió declararse en quiebra. Como esta, sobran historias de empresas que no se adaptaron con la rapidez suficiente a los cambios digitales.

Más que de cambio deberíamos hablar de constante evolución. Desde la experiencia como CEO de la Agencia de Publicidad MOLA, potenciar el talento en Panamá, Colombia, España y ahora en Ecuador nos ha permitido agregar ese toque de diversidad, tanto geográfica como cultural, que mezcla la creatividad con estrategia dando como resultado campañas disruptivas, estrategias diferentes e innovadoras, obteniendo resultados sorprendentes y llegando al consumidor allí donde quiera que esté. Por eso, y más que nunca, se debe pensar en la tecnología de una manera distinta a como se hacía en el pasado: ahora ya no es un recurso para “facilitar” los procesos internos de las compañías, sino que es la base de la innovación. Es por ello que en la revolución que supone la digitalización para las empresas son claves las personas, adaptadas e involucradas con el cambio, para conseguir, no sólo la supervivencia en un mundo cambiante, sino la posibilidad de ser competitivas y ofrecer soluciones de presente y futuro.

Fuente: Magazinedebut.com

 


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