Cada año, decenas de jefes de Estado y sus delegaciones se reúnen en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York para exponer los avances de su plan de gobierno, las limitaciones que han encontrado en el camino y los problemas que aquejan a sus naciones.
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Sin embargo ocurrió algo singular esta semana cuando llegó el turno de El Salvador. Su presidente, Nayib Bukele, (38 años) que lleva 3 meses en el cargo, no pudo resistirse y antes de arrancar su primer discurso se tomó un «selfie» dejando anonadados a todos.
Tras llegar al estrado, sacó el móvil, eligió concentrado las preferencias de la cámara mientras saca levemente la punta de la lengua, sonríe y ya está: El autorretrato de un presidente en el púlpito de Naciones Unidas. No lleva corbata, pero sí un pañuelo de un intenso color rojo en el bolsillo de la americana desabrochada, que contrasta con el azul marino del traje.
«Estar aquí ante ustedes en esta Asamblea General número 74 es un privilegio y un honor que quise compartir con el mundo (…) Espero que haya salido bien», dijo en sus primeras palabras a la audiencia después de dejar de sonreír a la pantalla del teléfono.
“Créanme, muchas más personas verán esa selfie que las que escucharán este discurso”, agregó Bukele.
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Y poco después, cumplió su palabra y difundió la foto a través de su perfil de Twitter, en la que se aprecia el símbolo de Naciones Unidas sobre el fondo dorado de la sala de la Asamblea General. Pero como casi todos los autorretratos, al menos como los que los pintores inmortalizan sobre lienzo, el de Bukele también tenía mensaje.
Fuente: RPP
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