El papa Francisco y el presidente argentino, Mauricio Macri, se reunieron este sábado cerca de una hora en el Vaticano y abordaron el tema de la pobreza en el país, en un encuentro que el mandatario calificó de «positivo».
Macri pudo dialogar en privado con el pontífice argentino sobre una «agenda de temas» que había traído desde su país y después pasó a presentar a toda su familia.
En esta ocasión estuvo acompañado por su esposa Juliana Awada y la hija de ambos, Antonia, de 5 años, así como por Agustina, de 33, que vive en Italia y es fruto de su primer matrimonio, y de Valentina, primogénita de la esposa del mandatario de una anterior unión.
Macri calificó la reunión con el que fuera obispo de Buenos Aires, celebrada en un estudio anexo al aula Pablo VI, como «buena» y «positiva», «mucho más larga» que la anterior de febrero y que duró 22 minutos.
Tras la reunión con su compatriota, Macri se dirigió a la embajada argentina ante la Santa Sede, en la cercana Via de la Conciliazione, para hablar con los medios. El Vaticano no informó de detalle alguno de este encuentro.
Respecto a la audiencia del pasado febrero, que duró sólo 22 minutos y en la que los medios resaltaron una supuesta frialdad entre ambos, Macri reiteró que ambas fueron «entre dos personas que se conocen desde hace años, que hablan por teléfono, y que hemos tenido ya muchas reuniones (en el pasado)».
Macri refirió que en la reunión, «más larga que la anterior» y en la que se había traído «una agenda de temas» para abordar, se compartieron «preocupaciones sobre Argentina y el mundo».
Uno de los temas de los que hablaron fue el de los últimos indicadores de pobreza en Argentina, que según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), han revelado que son del 32,2 %
El mandatario explicó que estos números les convocan «a una tarea enorme» y que coincidió con el pontífice en que «no se tiene que perder un segundo pues detrás de los números hay muchas familias que no lo pasan bien».
Macri repasó con el pontífice su nuevo plan de infraestructuras y sobre todo de ferrocarriles, del que el papa «demostró que conoce el tema».
Según Macri, el papa dijo que «en cada ferrocarril que lo recupera es una comunidad que vuelve a vivir, pues lleva trabajo y crea pertenencia a la comunidad que no tienen que irse para buscar trabajo o crearse un futuro».
«A lo largo de a conversación ratifiqué que su visión es la de la cultura del encuentro, del trabajo, que hay que recuperar en Argentina», agregó.
También se habló del cambio climático y de la búsqueda de la paz y el pontífice pidió a los argentinos que «se haga todo los posible para reducir los focos de conflicto en todo el mundo».
Al respecto también se abordó «el conflicto más cercano para los argentinos: el de Colombia», explicó Macri.
«Compartimos que tras el referéndum lo que esperemos es que se inicie una nueva negociación que termine en un proceso de paz consolidado y rezamos por ello», dijo.
Otro de los temas fue el del narcotráfico, «de lo complicado que es luchar contra este y cómo esta afectando al mundo entero».
El presidente argentino expresó al papa el esfuerzo de su Gobierno «para combatir este delito» y afirmó: «Se han realizado avances importantes, pero que cómo lo que recibimos fue nada, esto tiene que ser el punto de partida».
Sobre sus sensaciones tras la reunión, el presidente argentino explicó que en sus reuniones con Jorge Bergoglio, tanto cuando era obispo de Buenos Aires como ahora, siempre ha buscado sentir «que es un líder moral».
«Hoy he vuelto a sentir lo mismo y las palabras que me dijo al final me lo confirmaron», dijo en referencia al «fuerza y adelante» con el que se despidió el pontífice.
De lo que no se habló fue de una futura visita del papa a su país tras la decisión expresada en un vídeo por el propio pontífice de no viajar al país en 2017. «Esperemos que sea el siguiente año», dijo Macri.
El mandatario llegó a las 10.20 hora italiana (8:20 GMT) por la «Puerta del Perugino» para dirigirse al encuentro con el pontífice que celebró en el estudio anexo del aula Paulo VI, donde mantiene las reuniones menos protocolarias y de los fines de semana por su cercanía a su residencia, la Casa Santa Marta.
Le regaló a Francisco una escultura del artista argentino Alejandro Marmo, realizada con materiales de descarte y que simboliza el diálogo entre las tres grandes religiones.
Macri dejó el Vaticano a las 11:30 (9:30 GMT) y se dirigió a la embajada argentina.
Esta tarde cenará de manera informal en Florencia (centro de Italia) con el presidente del Gobierno, Matteo Renzi.
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