El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, piensa que si pudiera retroceder en el tiempo no se le ocurriría ocupar su actual cargo porque el desempeño es agotador y la paga es mala, recoge este martes la prensa.
«No se si voy a sobrevivir los próximos seis años», comentó Duterte en un acto de entrega de premios celebrado anoche en el palacio presidencial de Malacañang, en Manila, según el diario Philippines Star.
«Estoy preparado para dejar el puesto (…) no me tienta ni el poder ni la presidencia», añadió el mandatario, quien consideró poco los 130.000 pesos (2.600 dólares) mensuales que cobra.
Duterte confesó, no obstante, que quiere cumplir las promesas que hizo a los filipinos durante la campaña que le llevó a la victoria en las elecciones presidenciales del 9 de mayo de 2016.
Entre otras cosas, prometió limpiar el país de drogas en seis meses, atención médica para los pobres, préstamos para los pobres y la pequeña y mediana empresa, una ley de libertad de información, una convención constitucional, mejorar el transporte por ferrocarril y una sustancial subida salarial para profesores y policía.
En concreto, a los policías, que en la actualidad el que menos cobra recibe 315 dólares mensuales, quiere pagarles entre 1.600 y 2.100 dólares al mes.
Duterte, cuyo estilo espontáneo le ha metido en algún que otro apuro, cumplirá a finales de diciembre sus primeros seis meses en el cargo con un gran apoyo entre la población filipina, según las encuestas.
Las mayores críticas que ha recibido desde que el 30 de junio inició su mandato provienen de lo expeditivo de su campaña contra las drogas y los 5.900 muertos que ha causado, la mayoría en ejecuciones extrajudiciales.
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