El Rally Dakar subirá las dunas del altiplano boliviano
El director del rally Dakar de 2017, Etienne Lavigne, pronuncia su discurso durante la presentación oficial del recorrido en París. (EFE)

El Rally Dakar subirá las dunas del altiplano boliviano

El Dakar de 2017 será «el más duro de los disputados en América», según los organizadores, porque a las tradicionales dificultades del rally se sumarán las propias de un clima extremo y de la altura, ya que por vez primera se atravesarán las dunas del altiplano boliviano.

El recorrido, presentado este miércoles en un acto en París, comenzará el 2 de enero próximo en Asunción, otra novedad de la edición, que agrega a Paraguay a la nómina de países atravesados por el rally.

Tras un breve paso por Argentina, la caravana dakariana ingresará en territorio boliviano, país que acogerá el rally por cuarta edición consecutiva pero que por vez primera tendrá buena parte del peso competitivo de la cita.

«El altiplano boliviano ofrece cosas que hasta ahora no tenía el rally. Creo que para ganarlo habrá que adaptarse a condiciones diferentes de otras ediciones», señaló a Efe el director deportivo de la prueba, el expiloto español Marc Coma.

Etienne Lavigne, director del rally, señaló que «los pilotos no podrán fiarse de los puntos de referencia del pasado, estarán constantemente perturbados, deberán permanecer atentos».

El de 2017 será un Dakar extremo, con brutales cambios de temperatura y larguísimas etapas, muchas de ellas disputadas a más de 3.500 metros de altitud, donde ni los organismos de los pilotos ni los motores de sus máquinas dispondrán el oxígeno suficiente para alcanzar su máximo rendimiento.

«Será muy duro para los pilotos, sobre todo para los de motos. Pero también para los de los coches, en particular si tienen que bajar a desatascar un coche. Normalmente lo hacen en cinco o diez minutos. Ahí arriba no creo que sea tan rápido», indicó Coma.

A esa dureza propia de la altura y del clima extremo se sumará la de nuevas condiciones deportivas. Los pilotos no tendrán la asistencia del GPS, lo que otorgará a la navegación y al trabajo de los copilotos una mayor importancia.

«El objetivo era hacer la carrera más impredecible, tanto por la limitación de la navegación, la búsqueda de terrenos más desconocidos y una gestión de las etapas más compleja con tramos cronometrados muy largos», indicó Coma.

Tras una primera etapa corta, con 39 kilómetros cronometrados entre Asunción y Resistencia, el rally atravesará el norte de Argentina con dirección a Bolivia.

En esa región, desde la segunda etapa, descubrirán la región del Chaco, que Coma compara con la sabana africana, una zona desconocida por los pilotos que atravesarán con temperaturas de más de 40 grados.

A partir de la tercera etapa la navegación comenzará a cobrar importancia, en una etapa que se desarrollará en buena medida sobre lechos de ríos y donde tendrán el primer contacto con la altitud, en un paso a más de 5.000 metros.

Pero las cosas se complicarán a partir del cuarto día, cuando comienza el primer tríptico de dureza extrema, disputado a más de 3.000 metros de altitud, con etapas muy largas y dunas y navegación extrema.

En la quinta jornada, entre Tupiza y Oruro, los pilotos disputarán casi 500 kilómetros cronometrados con arena y grandes dificultades, «una Bolivia diferente» de la que, hasta ahora, había descubierto el rally, centrado en el salar de Uyuni.

Al día siguiente recorrerán la especial más larga de la edición, 527 kilómetros entre Oruro y La Paz, parte de ella disputada junto a lago Titicaca y en la que el director deportivo augura que «muchos pilotos acabarán de noche».

«Y otros no acabarán», apostilla Lavigne, que completa diciendo que «al día siguiente gozarán de la jornada de reposo» en la capital boliviana.

Un descanso merecido, puesto que al día siguiente, tras 322 kilómetros cronometrados entre arena y sobre el salar de Uyuni, los pilotos no tendrán acceso a los mecánicos, aunque sí podrán reparar ellos mismos sus máquinas e intercambiarse piezas.

Será la primera parte de la etapa «maratón», que continuará al día siguiente entre Uyuni y Salta, retorno a Argentina, donde dirán adiós al altiplano, pero se medirán a los duros platós de Salta, con muchas rutas paralelas.

Cerca de 1.000 kilómetros, 406 de ellos cronometrados, deberán recorrer entre Salta y Chilecito, la etapa más larga del rally desde 2004, con 80 % de «fuera de pista» y que se recorrerá en el formato «Super Belén», introducido por Coma el este año.

Los pilotos tomarán la salida de forma conjunta entre coches motos y camiones en orden inverso a la clasificación de la jornada precedente, una complicación para la navegación que en la edición de este año permitió al francés Stéphane Peterhansel dar la vuelta a la general de coches.

La décima etapa, esencialmente corrida sobre lechos de ríos secos, estará marcada por auténticos tramos de trial, en los que los kilómetros pasarán muy despacio para los pilotos, que acabarán agotados.

Ya solo les quedarán las temidas dunas de San Juan y la cordillera de Córdoba para dejar la general vista para sentencia para la etapa del último día, un paseo para homenajear a los campeones.


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