A poco más de dos semanas de la votación que definirá en nuevo presidente de EE.UU., Hillary Clinton, candidata demócrata, y el republicano Donald Trump, apuran las opciones de unos comicios en los que Clinton cuenta con cierta ventaja en los sondeos, mientras que Trump prometió el domingo no darse por vencido.
La proximidad de las elecciones de EE.UU. se ve reflejada en la acumulación de varios actos diarios de los candidatos, y la presencia habitual de pesos pesados como el presidente Barack Obama o la Primera Dama, Michelle.
Clinton y Trump celebraron sendos mítines en dos estados que serán clave en los comicios del 8 de noviembre: Carolina del Norte y Florida, respectivamente.
Mientras que Obama volvió a participar activamente en un acto a favor de Clinton en Nevada, otros de los estados que el tablero electoral apunta como decisivo.
En Las Vegas, Obama se refirió a las críticas vertidas por Trump sobre «fraude y amaño» electoral, y señaló que si el republicano «se queja es porque está perdiendo».
El actual mandatario volvió a ironizar sobre el controvertido candidato republicano, quien se ha presentado como «un representante de la clase trabajadora» a la vez que se jacta de ser «multimillonario».
«¿Es este el mejor candidato?», preguntó a los republicanos.
Las últimas encuestas ofrecen una amplia ventaja a Clinton, que llega hasta los 12 puntos porcentuales sobre Trump en la publicada hoy por la cadena de televisión ABC.
La web política «Real Clear Politics», no obstante, que ofrece ponderaciones de las diversas encuestas nacionales y estatales, es más cauta y sitúa a la ex secretaria de Estado con 6 puntos de ventaja sobre el magnate neoyorquino.
En Naples, Florida, Trump reiteró que él es único que puede ofrecer «un cambio» en Washington, y acusó a Clinton de plantear cuatro años más de la «desastrosas» políticas de Obama.
Expresó, además, su escepticismo sobre estas encuestas y las tildó de «inexactas».
Especialmente, el republicano señaló que «no aciertan en su popularidad entre las mujeres», grupo demográfico que parece haberle dado las espalda después de sus escándalos por acusaciones de acoso sexual y declaraciones denigrantes.
Sin embargo, la jefa de campaña de Trump, Kellyanne Conway, admitía esta mañana que van «por detrás» de Clinton en las encuestas, aunque subrayó que aún había tiempo para dar la vuelta a la contienda en los estados claves.
«La carrera no ha terminado. Muchos en los medios dicen que ha terminado. Por enésima vez están dejando de lado a Donald Trump», señaló Conway en su recorrido por los tradicionales programas televisivos políticos del domingo.
«No vamos a abandonar», recalcó.
La jefa de la campaña del republicano anunció un aumento de recursos en los estados que se consideran fundamentales para ganar las elecciones del 8 de noviembre, entre los que citó Florida, Ohio, Iowa, Carolina del Norte y Nevada.
Precisamente, en uno de ellos, Carolina del Norte, fue el escogido por Clinton para celebrar dos actos este domingo, y en los que apostó de nuevo por unas políticas que celebren la «diversidad» de EE.UU. y en contra del «divisionismo que promueve Trump».
La aspirante demócrata volverá al estado el jueves, y lo hará acompañada de Michelle Obama para participar en el primer acto conjunto.
El creciente peso de Michelle Obama en la campaña responde a la popularidad desatada por sus discursos en la Convención Demócrata de julio y, recientemente, con un emocionado ataque frontal a Trump por sus comentarios machistas.
Los analistas ven a la Primera Dama como una de los apoyos más contundentes y sólidos de Clinton, a quien los votantes perciben como excesivamente rígida y fría.
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