En sus ocho primeros días de trabajo en los Everglades, en Florida (EE.UU), dos cazadores de serpientes de la India capturaron 13 pitones birmanas, y no a base de encantamientos con flauta sino gracias a su conocimiento para «leer señales» en la selva que nadie más advierte.
Vadivel Gopal y Masi Sadaiyan pertenecen a la tribu de los Irula, famosa desde tiempos inmemoriales por su habilidad para cazar serpientes y ratas en la selvática y montañosa provincia de Tamil Nadu, en el sur de la India.
Es esta destreza la que condujo a la Comisión para la Conservación de la Pesca y la Fauna (FWC) de Florida a solicitar la ayuda de Gopal y Sadaiyan como cazadores de pitones, ante la frustrante batalla para erradicar esta especie invasora que hace estragos en la fauna del estado.
Con la asistencia de dos traductores y el apoyo de un equipo de expertos, el esfuerzo de los dos experimentados cazadores condujo a la rápida captura de numerosas pitones de gran tamaño, uno de ellas, una hembra, de 16 pies (4,8 metros) de largo, en Cayo Largo.
Los dos cazadores Irula son capaces de dar con el paradero de las pitones «leyendo señales», es decir, deducen dónde se esconden las serpientes examinando «rastros dejados en las hojas y en los túneles que excavan en la densa vegetación», explicó a Efe Frank Mazzotti, director del Centro de Recursos Naturales de la Universidad de Florida (UF), que asiste al estado en la iniciativa.
La competencia de estos dos diestros cazadores es tal que son capaces, prosiguió Mazzoti, de «determinar el sexo de la pitón con tan solo mirar las marcas que dejan en su camino» y de adivinar que se encuentran donde nosotros no vemos nada.
Y precisó el científico aún más: Gopal y Sadaiyan «ven un destello de luz llegando a través de la vegetación y saltan. Sabemos lo que están haciendo, pero esa habilidad es más difícil de aprender».
La captura de las serpientes enlaza en estos cazadores Irula con una suerte de antiguo rito mágico-religioso con oraciones previas a cada expedición de caza, frecuentemente acompañadas de cantos de los cazadores entre la maleza, detalló el profesor de la UF.
El imaginario común asocia a la India con los encantadores de serpientes, pero los dos indios que están limpiando de pitones los Everglades no recurren más que a su conocimiento y su ancestral cultura tribal de cazadores de serpientes.
Su eficacia como cazadores es incontestable: hasta la fecha, los dos indios han atrapado al menos 15 pitones, y, como apuntó a Efe Carli Segelson, directora de comunicaciones de la FWC, la «eliminación de cualquier pitón de la vida salvaje marca sin duda una diferencia».
No obstante, Segelson destacó que el objetivo prioritario es «ver si podemos aprender nuevas habilidades de los Irula que nos sirvan para mejorar nuestra capacidad para detectar y erradicar pitones».
La pitón birmana, una serpiente constrictora nativa del sur de Asia que pone una media de entre 30 y 40 huevos al año, es una especie invasora que tiene un impacto muy negativo en las zonas silvestres del sur de Florida, especialmente en los Everglades, donde se calcula que podría haber al menos 10.000 ejemplares.
Pero se trata de un número estimado, ya que las pitones, no nativas de Florida, «son muy difíciles de detectar», precisó Segelson, para resaltar que las principales presas de estas serpientes suelen ser «pájaros, pequeños mamíferos y otros reptiles».
«Estamos muy preocupados por algunas especies de animales en peligro en los Everglades» a causa de la proliferación de pitones, que ha hecho que en algunas áreas de los Everglades la población de mamíferos como ratones de campo, comadrejas, mapaches o conejos haya descendido hasta casi su extinción.
Con la ayuda de un equipo de biólogos de la UF y dos perros labrador retriever, los cazadores de la tribu Irula continuarán desarrollando su tarea de captura y erradicación de pitones hasta finales de febrero, un exitoso trabajo por el que percibirán un salario de unos 70.000 dólares.
En la lucha por erradicar las pitones, el estado de Florida ha establecido programas anuales de caza de pitones que incluye premios en metálico de hasta 1.500 dólares. En 2016, el programa cerró con la captura de 106 ejemplares, aún así insuficiente para la amenaza que entraña esta especie invasora.
Se cree que las pitones birmanas constrictor, naturales del sur de China, India y Malasia, llegaron a los Everglades al ser liberadas a propósito por personas que las tenían como mascotas en la década de 1980 e involuntariamente tras el paso del devastador huracán Andrew, en 1992.
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