El fabricante aeronáutico europeo Airbus va a reducir la cadencia de producción de su avión gigante A380, para dejarla en 12 en 2018, frente a las 27 que tiene previsto entregar este año, en respuesta a las escasas ventas.
Una portavoz de Airbus precisó este martes que la disminución de la cadencia todavía no se ha producido, en contra de lo publicado en el diario «Le Figaro», sin dar el objetivo de fabricación del A380 en 2017, que dijo que se presentará el próximo mes de enero.
En una entrevista a «Le Figaro», el director del programa del A380, Alain Fluorens, indicó que rebajar el ritmo de ensamblaje de la aeronave «nos permite escalonar nuestras entregas en espera de nuevos encargos», e insistió en su convicción de que este aparato tiene un futuro comercial, pese a la situación actual.
Fluorens señaló que «el A380 sigue teniendo su lugar en la cartera de productos de Airbus. Responde perfectamente al alza del tráfico aéreo y a la saturación de los aeropuertos».
El pasado julio, el constructor europeo avanzó que rebajaría el ritmo de fabricación de esta aeronave con capacidad para transportar a 500 pasajeros -la mayor de la aviación comercial- después de que la cartera de pedidos prácticamente no se haya movido en los dos últimos años.
El presidente de Airbus, Tom Enders, se mostró convencido, después de ese anuncio, de que en unos años el ritmo de producción volverá a incrementarse.
En sus previsiones para los próximos 20 años, la empresa sigue estimando que la demanda para grandes aviones de más de 400 plazas (como el A380 o 747 de Boeing) será de 1.500 aviones en el mundo.
Unas previsiones que se sustentan en que el tráfico aéreo global se duplica cada 15 años, y en que los aeropuertos de las grandes metrópolis van a tener que gestionar problemas de saturación pese a las mejoras en la gestión de los aterrizajes y despegues que han permitido programar más operaciones cada hora.
En total, Airbus tiene pendientes de entrega 124 unidades del A380 de los 319 que ha vendido desde el comienzo del programa en 2000, lo que explica la decisión de no sacar de la cadena de ensamblaje una al mes, y eso pese a que se espera colocar una docena en Irán, una vez que se consiga la licencia de exportación.
Mientras llega una eventual recuperación de este nicho de mercado, Fluorens dijo que el fabricante va a trabajar en «la optimización del avión actual» para «mejorar su productividad» con acondicionamientos que ofrezcan más flexibilidad y libertad en la disposición de la cabina, según las necesidades de las compañías.
Se descarta preparar una nueva versión, que implicaría invertir cientos o incluso miles de millones de euros, sin garantías para recuperarlos en un horizonte previsible.
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